La esquina en el boxeo: la gran olvidada en las victorias

Suena la campana. El público guarda silencio, todas las luces se apagan y un foco apunta a dos guerreros que se van a cruzar en un ring de boxeo. No hay momento en el que un deportista se sienta más sólo que en ese. La esquina está ahí, pero al menos durante tres minutos (dos en el caso del boxeo femenino) sus únicas armas serán sus manos y lo aprendido durante la preparación. Todo lo que les rodea no importa, sólo su rival lo hace. Pegar y que no te peguen, máxima del noble arte. Cuando se vuelve a escuchar la campana llega el momento de sentirse arropado, ahí está tu esquina. Momento para indicaciones, pero sobre todo para apagar posibles incendios.

Aunque… rebobinemos. Una pelea empieza con la preparación y tiene su primer asalto en el pesaje. La primera victoria, la más difícil, porque es contra uno mismo. Pasado eso, el descanso el día de la pelea es clave, pero una vez que el deportista pisa el pabellón la pelea ya ha empezado. En un deporte tan individualista muchas veces se obvia la importancia de la esquina. No debe hacerse. “El 70% del mérito de la victoria es del boxeador, pero el otro 30% se debe a múltiples factores que controla la esquina durante los momentos previos y el propio combate”, asegura Óscar Zardain, una de las puntas de lanza de Maravilla Box y que junto con Tinín Rodríguez (entrenador de Jon Fernández, Kiko Martínez o Nicolás González, entre otros) fundó Tape&Wrap, única empresa española dedicada a formar a las esquinas.

“La pelea empieza en el vendaje. Si es deficiente se puede producir una fractura y la pelea queda arruinada”, apunta Tinín Rodríguez, uno de los gurús del vendaje a nivel nacional. Las vendas son como las botas del futbolista, pero no sólo el día de la pelea: “un buen vendaje es básico en cada entreno, de lo contrario pueden llegar las lesiones”, añade el preparador madrileño. Puede parecer sencillo, pero unos minutos de explicación con Tape&Wrap es suficiente para saber que no es así. El vendaje debe tener la presión justo, poca presión puede producir lesiones y mucha adormecer las manos y acabar en el mismo escenario. También debe adaptarse al guante, evitar las incomodidades son clave.

Con el vendaje perfecto llega la preparación a la pelea. El boxeo profesional huele a cuero y vaselina. El segundo producto clave para que “el guante patine y así evitar quemaduras y marcas innecesarias”, reconoce Rodríguez. Todo está listo, y tras el primer asalto empieza lo más complicado para la esquina. “Hay menos de un minuto para trabajar, en torno a 50 segundos. La rapidez en la toma de decisiones es vital. Debes tener el material apropiado listo para ser utilizado en cualquier momento y saber usarlo”, asevera Zardain. Por ello, su empresa ha apostado por la formación de la esquina. “Un corte mal frenado puede hacerte perder un combate que llevas ganado”, apostilla Tinín Rodríguez.

Ese conocimiento debe ser utilizado también con cabeza. Las planchas (artilugios de metal que están en hielo entre asaltos y sirven para evitar las hinchazones) y los bastoncillos con Adrenalina (que sirve para cortar las hemorragias) se deben tener en el rostro del púgil todo el tiempo posible. Así, y con una pizca de suerte se pueden salvar situaciones complicadas. El boxeo es la suma de factores y la esquina es uno básico. Eso explican Óscar Zardain y Tinín Rodríguez, quienes llenan sus cursos sobre vendaje y trabajo en una esquina. Tanto que incluso el Consejo Mundial de Boxeo les pidió una clase magistral ante sus jueces y árbitros. El boxeo español está en auge y no sólo en el ring. El crecimiento se da en todas las facetas. Prosigue el camino al éxito.