DESAFÍO KILIMANJARO | RETO EL TEIDE
Carlos Soria acompañará a Hassen-Bey en El Teide
El viento obligó a cancelar la jornada de ascenso de este martes desde el campo 1, donde durmió por primera vez Gema Hassen-Bey con todo su equipo.
La montaña manda. Y este martes en el campo 1, donde durmió por primera vez Gema Hassen-Bey, con todo su equipo fue el volcán el que mandó. Sopló el viento con rachas de unos 45 kilometros por hora en la cumbre y, apenas un kilómetro más abajo, zarandeó tiendas de campaña y el sueño de muchos durante toda la noche. Sólo el atardecer con vistas hacia la isla de Gran Canaria y una gran luna roja concedieron un mínimo respiro.
A primera hora de la mañana la sensación térmica de escasos grados obligó además a los jefes de expedición a cancelar la jornada de ascenso. El parte no anunciaba mejoría y con la alerta por lluvias en La Palma, se decidió que era un día para no arriesgar. La atleta se quedó en su tienda azul a resguardo del frío y reponiendo energía para el miércoles.
Antes la expedición había vivido una noche muy especial. La atleta dormía por primera vez en montaña junto a toda la expedición a unos 2.800 metros. Tras otra jornada agotadora, Hassen-Bey volvía a mostrarse feliz, agradecida a su equipo y todos los voluntarios, y especialmente ilusionada con la visita de Fernando Crespo, jefe de Relaciones Institucionales de Red Eléctrica, que quiso pasar la noche con toda la expedición para vivir desde dentro el reto.
La buena nueva llegó también en el día más complicado con la confirmación de la visita de Carlos Soria para la jornada final de ascenso al Teide (prevista salvo contratiempos para el lunes 13). El veterano montañero, que ha recorrido medio mundo coronando cimas, caminará junto a Hassen-Bey y ofrecerá una charla para todo el equipo. Será un broche emocionante para unos días de muchísimo esfuerzo.
Ahora mismo la cima queda muy lejos, pero la expedición sigue sin descartarla. Confía en superar la barrera de los 3.000 metros y, sobre todo, en que las inagotables energías de Hassen-Bey le permitan pegar un acelerón a lomos de un original prototipo diseñado específicamente para el tramo final.
Los 3.000 metros y un nuevo prototipo
El avance en esta segunda fase está resultando complicado y mucho más lento de lo planificado. La coordinación del equipo con la silla de escalada cada vez es mayor, pero la pendiente sigue ganando en inclinación. La vía ya no zigzaguea tanto como al principio, pero sigue repleta de saltos y un terreno resbaladizo e irregular.
Desde la base del Teide donde finalizó la primera fase (2.500 metros), Hassen-Bey lleva recorridos en torno a unos doscientos metros de desnivel. El esfuerzo en esta cara del Teide está resultando titánico y sorprende a cada senderista que encuentra a su paso. Nadie se explica cómo una silla de ruedas pueda estar superando semejante pared.
Para evitar mayores desgastes, el equipo confía ahora en una mejora de la meteorología y sobre todo en el último prototipo que esperan estrenar de un momento a otro. Un carro con ruedas que avanzará sobre unos raíles gracias al impulso de los brazos de la atleta a través de una cuerda. La silla de escalada aún estará en funcionamiento unos días, pero si el tiempo corre en contra, cederá el testigo al último invento diseñado para el reto de El Teide.
El desafío es total y se viene el arreón final. Gema Hassen-Bey sigue peleando contra la pendiente del volcán.