El Barcelona ganó sin brillo a un Cuenca muy disminuido
Pese a la victoria, la defensa azulgrana fue poco contundente ante la primera línea visitante, donde brillaron Castro y Dutra
Ganó el Barcelona; normal. No pasó apuros; lo habitual. Xavi Pascual no salió contento del juego de lo suyos; lógico. Porque los azulgrana marcaron las diferencias gracias a su contragolpe aprovechando que el Cuenca perdió 20 balones, por ocho ellos, y de ahí esa desventaja final de 34-27 (18-11), aunque lo cierto es que mediada la segunda mitad la sensación local de desgana era evidente.
El Cuenca es un equipo aguerrido, pero acudió al Palau en desventaja por la ausencia de jugadores, porque Jiménez debió pensar que era mejor que descansasen pensando en otras batallas acordes con sus posibilidades. Eso sí, el pivote Doldan y en la primera línea Dutra y Castro tenían que sostener al equipo.
Los visitantes jugaron a enfriar el partido, a ataques largos, a veces en exceso, a fiar sus opciones al despiste azulgrana. Y lo consiguieron tanto que Dutra y Castro, más bien bajos para ser primeras líneas, marcaron desde nueve metros, o infiltrándose en la defensa local con una finta y bote. Eso le debió disgustar a Pascual, tanto para pedir un tiempo muerto en el el 45 (25-21) para leer la lección suyos.
Con otro Cuenca, completo, no se sabe qué hubiese pasado, pero con el equipo que jugó este martes en el Palau sí se saca una conclusión: el Barcelona, aunque sea superior, no puede relajarse, porque no sólo se le exige ganar, sino jugar bien. Y esta vez sólo lo hizo a rachas.