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SERIES MUNDIALES | ASTROS-DODGERS

Los Houston Astros ni se plantean volver a Los Ángeles

Su épico triunfo sobre los Dodgers en el alocado segundo partido de las Series Mundiales unido a su dominio en casa les coloca con ventaja para el título.

Actualizado a
Los Houston Astros están decididos a hacer valer el factor campo y ganar los tres partidos que disputarán en casa para hacerse con el primer título de su historia.
LARRY W. SMITHEFE

Las Series Mundiales del 2017 solo han celebrado sus dos primeros partidos y ya podemos afirmar con rotundidad que en ambos casos se trata de dos magníficos ejemplos del inigualable componente épico que va asociado al béisbol.

En el primer encuentro tuvimos el clinic legendario a cargo de Clayton Kershaw, con una actuación que intenta acallar de una vez por todas su cuestionada capacidad para brillar cuando más se requiere y dando a los angelinos la ventaja en el Clásico del otoño.

El segundo partido fue… bueno, una bendita locura en la que ambos equipos renunciaron a perder incluso cuando sus posibilidades de caer derrotados superaban el 90% en una montaña rusa de sensaciones que solo nos ofrece un anticipo de lo que está por venir en el Minute Maid Park del estado de la Estrella Solitaria.

Salvo por el hecho de que los Astros no desean volver a Los Ángeles. Vamos, que ni por lo más mínimo.

Datos para asombrarse

Si en algo estamos de acuerdo en estos playoffs es que los locales están haciendo bueno el dicho que “no hay nada como el hogar” y se han impuesto en 24 de los 33 partidos, lo que representa un 72.7% de éxito.

Además, tal como señalábamos en las previas al inicio de las Series Mundiales, el factor campo favorable a los Dodgers unido a su brillante comportamiento en Chavez Ravine durante la temporada regular (57-24) y un récord perfecto en casa (5-0 tras el primer partido), suponía que fuese imperativo para los Houston Astros ser capaces de ‘robar’ una victoria en los dos encuentros en LA para incrementar sus opciones de triunfo global, especialmente con Justin Verlander en el segundo.

Dicho y hecho, aunque les llevara 4 horas y 18 minutos, 332 lanzamientos a cargo de 14 pitchers distintos y ocho home runs que son récord histórico en Series Mundiales.

Es por esto que los Astros, llevados en volandas por José Altuve y Carlos Correa durante gran parte de estos playoffs, han recibido con los brazos abiertos a un recuperado George Springer que también es la tercera pata del banco del ataque de los texanos para lograr la ventaja definitiva en la 11ª entrada y sí, también vía home run, pero nada de lo anterior hubiese ocurrido si Marwin González, que lideró con sus 90 carreras impulsadas durante la temporada regular, no es capaz de empatar el partido a tres con un poderoso swing contra Kenley Jansen.

Un fortín para los texanos

Gracias al mojo recuperado gracias a un ataque que dio visos de haber despertado finalmente en el Clásico del otoño tras ser adormecido por Kershaw y compañía durante las 16 primeras entradas de la final, se presenta una oportunidad que cobra una especial importancia para el equipo que pondrá la sede para los tres próximos encuentros.

A fin de cuentas, los Houston Astros se han mostrado perfectos en casa, con una marca de 6-0 contra Boston Red Sox y New York Yankees de cara a disputar sus segundas Series Mundiales, y con un rendimiento fabuloso en multitud de campos.

Los texanos han ganado los seis partidos que han jugado en casa, con un diferencial de carreras de +24 (31-7) más 10 home runs a su favor y la ERA colectiva ha sido de 1.17 contra Red Sox y Yankees.

En resumen, no han ganado sino que han pasado por encima de sus rivales.

Con Lance McCullers Jr., Charlie Morton y Dallas Keuchel al frente de un equipo que se ha quitado un enorme peso de encima, la intención es hacer bueno ese apunte que habla del abrumador porcentaje a favor de los locales para esos encuentros, y que la serie no vuelva a La La Land con unos Astros levantando su primer trofeo del comisionado en 55 años de existencia.

Eso o que Justin Verlander esté ahí para cerrar la eliminatoria, que tampoco sería una mala alternativa.