Cuando Kevin Barrett se retiró del rugby profesional, en 1999, tenía claro su siguiente objetivo: “Voy a criar algunos All Blacks”. Y el asunto funcionó. Kevin tuvo cinco hijos y tres de ellos son internacionales con Nueva Zelanda. “La clave está en la leche que bebieron en la granja”, ha explicado posteriormente con humor. El pequeño de la dinastía, Jordie, de solo 20 años, está estos días en Oviedo como representante de los All Blacks, la mejor selección de rugby del mundo. Este viernes reciben el Premio Princesa de los Deportes (18.30 horas) por su trayectoria y los valores que representan. “Es verdad, aquella leche era mágica”, confiesa Jordie Barrett entre risas a As en el Hotel de La Reconquista. La distinción ha servido para unir lazos entre Nueva Zelanda y los premios. “Llevo pocos días aquí y ya he podido sentir lo que significa la distinción”, relata Barrett . Le acompaña Conrad Smith, dos veces campeón del mundo (2011 y 2015). “Que un equipo de rugby reciba un premio en España, donde hay otros deportes con más popularidad, es relevante. Es un deporte en auge”, indica el veterano. La agenda de los All Blacks está cargada. Tras las entrevistas toca un pequeño clínic en San Lázaro, con jóvenes jugadores. A Barret y Smith les acompañan los también internacionales Mealamu, Dagg y Fox, además del CEO Steve Tew. Los actos están amenizados por las hakas que les dedican los pequeños. “Para mí”, relata Smith, “las hakas más bonitas son las que se representan en las escuelas en Nueva Zelanda. La hacen antes de los partidos entre colegios y todos los alumnos se unen en la escenificación. La haka representa al país”. La haka es su signo de distinción y la victoria, parte de su ADN: Nueva Zelanda ha ganado los dos últimos mundiales y acumula 3 en sus vitrinas. Smith encuentra un modelo a seguir. “A los All Blacks nos gusta seguir a la selección de España de fútbol. Lo que lograron entre 2008 y 2012, con dos Eurocopas y un Mundial, fue impresionante. Y demuestra que el equipo importa más que el individuo”. Barrett cita otro ejemplo: “Yo admiro a Rafa Nadal. Su capacidad para ganar en todas las superficies. Y la forma en la que ha vuelto a ser campeón”. Trabajo en equipo y entrega, dos de las claves en cualquier éxito. ¿Algún ingrediente más? “Somos un país pequeño pero el sistema funciona. En Nueva Zelanda hay talento, pero también muy buenos entrenadores. La gente admira a los All Blacks por lo que significan. Representamos una cultura de la que estamos orgullosos”, cierra Conrad Smith.