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Seattle Seahawks

La defensa de Seattle es mucho hasta para el mejor ataque NFL

Los Seahawks dejan en diez míseros puntos a Los Angeles Rams, que promediaban 35,5, y se aúpan al primer lugar de la NFC Oeste al ponerse 3-2.

LOS ANGELES, CA - OCTOBER 08: Todd Gurley #30 of the Los Angeles Rams runs a 12-yard touchdown which was overturned and ruled a fumble that went out of bounds in the end zone during the game against the Seattle Seahawks at the Los Angeles Memorial Coliseum on October 8, 2017 in Los Angeles, California.   Sean M. Haffey/Getty Images/AFP
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Sean M. HaffeyAFP

Los Seattle Seahawks afrontaban un doble reto en su visita al Coliseum de Los Angeles. El primero era enfrentarse al mejor ataque de la NFL. El segundo era comprobar si seguían siendo el equipo dominante de la NFC Oeste. En ambos casos han salido muy reforzados.

Los de Pete Carroll han ganado a Los Angeles Rams por 16 a 10 demostrando que su defensa sigue siendo élite y la gran fuerza en la que han de asentar su éxito en esta temporada, y eso aunque los de Sean McVay sean una de las grandes sensaciones del año y los tengan de enemigos en su misma división.

Los Rams promediaban, antes de este partido 35,5 puntos. Los lograban con un juego excitante y explosivo, basado en un Todd Gurley estelar y con un cuerpo de receptores que abrían el campo una enormidad para que Jared Goff se luciese en los momentos en los que sólo por tierra no podían avanzar.

Así que lo primero que ha hecho la defensa de los Seahawks ha sido sacar de la ecuación a Gurley. Han limitado al fabuloso running back a tan sólo 43 yardas totales y 3,1 yarda por carrera. Especialmente frustrante ha debido ser para los Rams enfrentarse a primeros downs en los que, de manera recurrente, eran detenidos antes de la línea de scrimmage. Así se fueron a segundos y terceros downs largos donde la eficacia de cualquier ataque baja.

Y más la de los liderados por QBs muy jóvenes. 47 pases intentó Goff, que son demasiados, y avanzó 288 yardas. Sumó dos intercepciones, y un fumble clave, que fueron fruto de las circunstancias del partido y de la unidad que tenía delante.

Es cierto que los Rams se dejaron más de una oportunidad en el campo, con especial subrayado en un balón que se le fue a Gurley en la mismísima end zone o un punt en el que perdieron el balón en su red zone, pero se vieron maniatados como en ningún momento del resto de la temporada.

Porque los Seahawks no necesitaron ni que Russel Wilson llegase a 200 yardas, ni que la OL protegiese, que no lo hizo, ni que nadie corriese, con todos los running backs por debajo de las paupérrimas 20 yardas. Nada de eso. Les bastó con que su defensa dejase claro que tiene nivel como para que el mejo ataque de toda la NFL, que por números era el de los Rams, se quedase en poca cosa.

Y, por el camino, dieron un puñetazo encima de la mesa a la creencia de que el equipo de Los Angeles estaba por encima de ellos en lo que a jerarquía divisional se refiere. No. De momento, no. En la NFC Oeste mandan los Seattle Seahawks porque tienen una defensa histórica. Como en todo el último lustro, vaya.