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Fútbol Sala

"Volver al Cabanyal ya retirado será extraño pero muy especial"

El gran capitán del Levante Fútbol Sala, Kiko Berrocal, colgó las botas el pasado verano y ahora lo vive desde fuera. Hoy recibirá un merecido homenaje del Ciutat de València aprovechando la presentación de la sección antes del partido ante la Real Sociedad. Y mañana volverá al Cabanyal a apoyar al equipo en la primera cita liguera en casa, pero desde fuera. Será extraño y especial.
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Valencia
Kiko Berrocal celebrando un gol con el Levante UDDM la pasada temporada, la última de su carrera.

Don Kiko Berrocal... ¿Qué raro todo, no?

Ya desde pretemporada ha sido extraño. Ver y leer las noticias que el equipo empezaba. Cuando se presentaron, cuando jugaban. En verano tenía morriña y me acerqué un par de días al Cabanyal aprovechando que entrenaban y me entraba ese gusanillo por dentro.... Muy raro, la verdad. Y ahora con el principio de Liga pues igual, echando mucho de menos pero sabiendo que están en muy buenas manos.

¿Qué se añora más?

Pues hay dos cosas. La rutina del día a día, que es muy bonita. Compartir días y vivencias con los compañeros. Lo bueno y lo malo. Cuando las cosas no van tan bien el tener un grupo de compañeros es muy importante. Y luego también los partidos en casa, con nuestra gente. El pabellón lleno. El último año fue espectacular y a mí eso me llenaba mucho.

Pues mañana le espera un día duro entonces... ¿Está preparado?

Sí. Seguro que será extraño y especial. Han sido nueve años entre Valencia futsal y Levante. Nueve años en ese vestuario, saliendo al campo y saludando a la gente. Estando dentro de la pista. Además las lesiones me han respetado y me he perdido muy pocos partidos, los cuento con la mano. Ahora me toca hacerme habitual de la grada. Espero que no me cueste mucho.

Por lo pronto esta noche recibirá un merecido homenaje del Ciutat de València…

Que el Levante como club tenga ese detalle es para estar muy agradecido. Lo que ellos han hecho por mí nunca podré devolverlo. Y eso que siempre he intentado ser un hombre de club e inculcar esa filosofía. Desde que me lo dijeron me pasaron muchas imágenes, recuerdos y sensaciones. Espero aguantar entero y no derrumbarme de la emoción.

En verano no habrá sabido qué hacer...

Desde los 18 años, cuando era juvenil de útlimo año que llamó el filial junto a Jordi Lledó y Pablo Tamarit no había parado. Desde entonces nunca había tenido un mes de agosto completo y tranquilo. Se echa mucho de menos, no me voy a engañar. Pero bueno intentas llevarlo de la mejor manera y al estar ahora de profesor con el inicio de las clases me tiene ocupado. Y tener la cabeza en otra cosa ayuda a no pensar mucho en el fútbol sala.

¿Y ahora qué? ¿Cómo se quita el mono?

Imagínate. A todas horas compañeros y amigos llamando que quieren compartir experiencias que no he podido antes. Ahora se dan. Me lo tomo con filosofía. Estoy ocupado en casa y con los profes. Intento estar lo más en forma posible porque sé que la transición de dejar el deporte profesional es dura y peligrosa (risas).

Llevaba un tiempo en que sabia que el momento podía llegar por su situación personal pero, ¿cómo fue ese día en el que decide que se acabó?

Fue todo muy progresivo. Las noticias se iban sucediendo y yo tenía el respaldo del club que sabía mi situación y que podía tomar esa decisión. El club quería seguir contando conmigo sin problemas. Por eso lo afronté muy tranquilo. El día que me llamaron lo tenía muy hablado con mi mujer y mi situación estaba clara. Íbamos a ser papas de nuevo y estaba también el tema de mi puesto de profesor. Al final llega un momento en el que hay que anteponer otras cosas. Cuando me llamó Manolo Bueno, al que le debo todo, la decisión estaba tomada. Y fue él mismo el que me lo dijo y nos dimos un abrazo muy grande porque significaba mucho para mí. Poder dejar una cosa sabiendo que tienes la otra inmediata lo hace un poco más llevadero. Pero solo un poco.

Viendo cómo ha empezado el equipo lo llevará mejor también...

Y tanto. Cuando empecé a seguir el partido el otro día y los vi 0-4... ¡y no llevaban ni diez minutos! Da mucha sensación de seguridad un resultado así. En Primera División meter diez goles son muchos, da igual el rival. Esperemos que el equipo se siga rodando. Vendrán rivales muy difíciles. El partido de mañana, sin ir más lejos, no tiene nada que ver. Ribera es otro bloque distinto a Gran Canaria. Pero viendo cómo se ha reforzado el equipo tiene muy buena pinta.

¿Qué temporada espera? ¿Dónde ve al Levante?

En Primera División empezar siendo candidato a playoff y copa es complicado. Pero el año pasado en la segunda vuelta se puso la primera piedra. Confío en que a equipos que les tengas que ganar, sobre todo en casa, les ganes, y contra el resto estoy seguro de que van a competir con todos.

A ver si ahora van a llegar éxitos más grandes y se va a arrepentir...

¡No! (risas) Me hubiera encantado estar es evidente. Ahora además desde el club, desde el Levante, se ha apostado por la sección, se ha dado un saltito de calidad. Y será un buen año. Pero las circunstancias son las que son y la decisión estaba tomada. Eso sí, yo ya me he preocupado de guardarme un sitio como aficionado o como parte del club para poder ir a la Copa, si consiguen clasificarse. Se lo dije a Manolo desde el principio porque tengo mucha confianza en que lo puedan conseguir y ya que no pude estar dentro del campo por lo menos vivirlo de otra manera.