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ATLETA | MUNDIALES DE LONDRES

Un bravo Mechaal se queda a 18 centésimas del bronce en 1.500

El español aguantó el tirón de los tres kenianos, pero no pudo superar en la recta final al noruego Filip Ingebrigtsen. Manangoi fue oro y Cheruiyot, bronce.

Athletics - World Athletics Championships - Men's 1500 Metres Final - London Stadium, London, Britain – August 13, 2017. Filip Ingebrigtsen of Norway falls over as he crosses the line to win bronze ahead of Adel Mechaal of Spain. REUTERS/Matthew Childs
Athletics - World Athletics Championships - Men's 1500 Metres Final - London Stadium, London, Britain – August 13, 2017. Filip Ingebrigtsen of Norway falls over as he crosses the line to win bronze ahead of Adel Mechaal of Spain. REUTERS/Matthew ChildsMATTHEW CHILDSREUTERS
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"Lo vi tan cerca, que no lo valoro”, decía Adel Mechaal, antes de estallar en lágrimas. A 18 centésimas se quedó de dar la primera medalla a España. Fue cuarto en 1.500, con 3:34.71, en una carrera que se trazó perfecta para sus posibiilidades. Primera vuelta lenta y a partir de los segunda los tres kenianos (Kiprop, Cheruiyot y Manangoi) se alinearon para hacer una carrera a dolor. Sin concesiones tácticas. Mechaal se frotaba las manos y los finishers como Holusa y Lewandowski perdían el tren. Quedaban 400 metros...

El tridente de Kenia seguía con la cabalgada. Ya sólo el noruego Ingebrigtsen y Mechaal aguantaban el devastador tempo africano. Kiprop, defensor del oro, era el primero en claudicar. Mechaal le ganó la partida por dentro. Iba cuarto, quedaba el escandinavo. El de Palamós iba con mucha fuerza, todavía por el interior, pero era su primera final y pecó de novato. Ingebrigtsen, ya fue en 2016 oro europeo, se cerró hasta la cuerda en la calle 1. Para Mechaal era imposible avanzar y se quejó de Ingebrigtsen: “Ya en la semifinal estuvo a punto de provocar una caída de bolos y en esta final me cortó la trayectoria cuando iba a progresar. Es una guarrada”. Mechaal quería reclamar, pero no se interpuso recurso.

Un doloroso cuarto puesto, que se reflejó en el empujón de impotencia que dio a Ingebrigtsen (3:34.53). 18 centésimas. El oro era de Manangoi (3:33.61) y la plata de Cheruiyot (3:33:99). “Lo único que si estoy satisfecho es que como ya dije, me iba a dejar la vida y lo he hecho. Peleé hasta el último centímetro de carrera”, seguía Mechaal. Y después rompió a llorar...

Mechaal vivió desde agosto de 2016 a julio de 2017 bajo la lupa del atletismo con la sospecha de que se había saltado tres controles antidopaje. El TAS dictaminó el 25 de julio que Mechaal no había hecho trampas. De ahí su llanto: “A ver si me dejan trabajar tranquilo. He demostrado a todo el mundo que el Mechaal de 2017 es mejor y más competitivo que el de 2016 y que entonces no hacia trampas. He pasado 30 controles con el de ayer y anteayer. Ya no puedo hacer más para reestablecer la confianza hacia mi persona. Me ha dolido muchísimo que la gente dude de mí”. Mechaal, cuarto mundial, liberó así un mar de tensión.