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New England Patriots

Los New England Patriots compran sus propios aviones

El equipo viajará en la temporada 2017 a bordo de dos aeronaves Boing 767 convirtiéndose en la primera franquicia de la NFL que lo hace.

Los New England Patriots compran sus propios aviones

Los New England Patriots son un equipo aparte de la NFL. En teoría, son una de las 32 franquicias que conforman la liga. En realidad lo que son es una máquina de destruir rivales, destrozar ilusiones, apalizar enemigos, ganar partidos, ganar títulos y no pararse ni a mirar por el camino los cadáveres que van dejando. No sólo son los mejores, sino que han conseguido crear una dinastía de más de cinco lustros en una competición diseñada para que eso, sencillamente, no pueda suceder.

Y no puede. No puede suceder para 31 franquicas. Es por eso que hay que entender que los Patriots son otra cosa y que están a otro nivel.

Un nivel que les permite, incluso, viajar de manera muy diferente al del resto de sus compañeros. En concreto, en avión privado.

Los New England Patriots se han convertido en la primera franquicia de la NFL que compra sus propios aviones para los desplazamientos del equipo. Se trata de dos Boing 767. A estas aeronaves se las ha vaciado el interior y se ha rediseñado para que sólo contenga plazas de primera clase. Además, han sido pintadas con los colores de la franquicia, le han puesto el nombre bien en grande y, sí, le han dibujado cinco Lombardi Trophys en la cola, en el caso de que alguien se hubiese olvidado de los títulos que tiene la franquicia.

El uso de estos aviones se circunscribe a once partidos al año. Ocho de temporada regular, dos de la pretemporada y la Super Bowl, que son en los que los Patriots no juegan en Fóxboro. Podéis argumentar que el de la Super Bowl no es seguro, o que podrían tener que jugar algún encuentro fuera de casa a lo largo de los playoffs de la AFC, pero no estoy aquí para evaluar hipótesis imposibles y me ciño a la realidad.

Como parece excesivo comprar aviones para tan pocos viajes, la franquicia tiene pensado alquilarlos para que los más frikis (y los más ricos) de sus seguidores puedan hacer algún trayecto en ellos y, supongo, para que los hombres de negocios que tienen tratos con la franquicia, desde patrocinadores a amistados del dueño de los Patriots, Robert Kraft, puedan tener un medio de transporte no asequible pero sí muy glamouroso.

¿Redundará la comodidad en los vuelos, que sin duda va a aumentar de forma notable, en un mejor rendimiento del equipo en el campo? Los que estamos en el otro lado de la barricada del imperio de los de New England creemos que eso es imposible, porque siempre rozan la perfección; pero estoy seguro que Bill Belichick ha pensado en eso, y ha hecho tablas, cálculos, compuesto ecuaciones y escenarios matemáticos en los que pondera cada gramo, cada misero segundo de sueño bien dormido, en la suma total del beneficio físico y psicológico del equipo y, así, ha ido a Kraft con el cuento para que le compre dos aviones. Narices, estoy seguro que hasta ha elegido él mismo a los pilotos, a los que entrenará en el training camp para que hagan su trabajo bajo el Patriot's Way y suban y bajen y giren el cacharro al ritmo y la velocidad que el jefe diga. Faltaría más.