JUEGOS OLIMPICOS | 3 DE AGOSTO
Barcelona 92: el gimnasta Vitali Scherbo es el rey con seis oros
El bielorruso logró seis medallas de oro. En vela, nueva recolección de medallas: dos oros y una plata. Ese día también hubo escándalo en el atletismo.
En la penúltima jornada de la vela, nueva recolección de medallas: oro para los dos barcos de la clase 470 (Jordi Calafat y Kiko Sánchez Luna en hombres y Theresa Zabell y Patricia Guerra en mujeres) y plata, la primera de este metal para toda la delegación española, en Europa (Natalia Vía-Dufresne). Los títulos eran esperados, pero el subcampeonato de Natalia fue inesperado. “He regateado muy tranquila, porque no estaba entre las favoritas”, dijo tras llevarse la plata. La vela se consagraba como el motor principal del deporte olímpico español, que estaba deslumbrando en Barcelona.
Unos Juegos que coronaron a su rey: el bielorruso Vitali Scherbo, que competía con el Equipo Unificado que englobaba a las antiguas repúblicas soviéticas, salvo las bálticas. De ocho posibilidades de medalla logró nada menos que seis de oro: concurso individual, por equipos, salto, caballo con arcos, anillas y barras paralelas. En Atlanta, cuatro años después, iba a ganar cuatro bronces. Se retiró en 1997, tras dañarse gravemente en una mano en un accidente de moto.
En tenis, el duelo entre las españolas Arantxa Sánchez Vicario y Conchita Martínez se resolvió a favor de la primera por un doble 6-4, que le otorgaba a la vencedora al menos la medalla de bronce. En las semifinales iba a enfrentarse a la estadounidense Jennifer Capriati, que había batido en cuartos a la alemana Hanke huber por 6-3 y 7-6 (7-1). Sin sorpresas, las cuatro primeras cabeza de serie habían llagado a las semifinales. El otro partido de esta ronda lo iban a disputar la germana Steffi Graf y la estadounidense Mari Jo Fernández.
En baloncesto femenino las chicas de Chema Buceta perdieron con Estados Unidos (59-114) y dijeron adiós a la posibilidad de una medalla, que, en todo caso, no entraba dentro de los objetivos de un equipo que competía por vez primera en los Juegos gracias a su calidad de anfitrión. Por el contrario, en waterpolo, España batió a Hungría (8-5), tradicional bestia negra de los españoles, gracias, en gran parte, a una monumental actuación del portero Jesús Rollán. Era primera de su grupo, con el oro como objetivo.