Baltimore Ravens y el problema de los Tight Ends
La franquicia córvida ha incorporado a Larry Donnell para intentar encontrar estabilidad en una posición que lleva un par de años maldita en Maryland.
Los Baltimore Ravens han decidido fichar a Larry Donnell, ex tight end de los New York Giants, para cubrir una enorme necesidad en la posición. El jugador firma por un año y peleará por ser un jugador importante en las acciones de red zone del equipo.
Los problemas en la posición de TE vienen de atrás
El inicio de temporada de los Ravens ha sido muy duro en cuanto a lesiones, que se han cebado especialmente en la posición de TE, pero el problema viene de algunas decisiones tomas en los últimos años.
Los Ravens son una franquicia que no suele dejar nada al azar. Ozzie Newsome, General Manager de Baltimore Ravens, tiene una mente analítica y previsora. Las plantillas de Baltimore nacen y crecen a través del draft, algo que permite al equipo estar siempre compitiendo. Así ha sido hasta ahora.
Este año las cosas han empezado mal para los Ravens, especialmente en la posición de tight end. La lesiones de Dennis Pitta, que le ha dejado fuera del equipo ha sido la más dura de digerir para la franquicia. Además, Darren Waller, un joven al que los Ravens están formando para ser un TE importante en el juego aéreo deberá cumplir una sanción de un año. Por último Crockett Gillmore se ha dañado la rodilla y se desconoce cuanto tiempo estará lejos de los terrenos de juego.
Esta plaga de contratiempos nos deja un depth chart en la posición muy poco halagüeño para los Ravens. Benjamin Watson, TE de 36 años y que viene de superar una lesión de los ligamentos de la rodilla, es el titular; Nick Boyle sería el principal suplente, un jugador que en dos temporadas únicamente ha realizado 24 recepciones; Ryan Malleck sería el último en discordia, un jugador que está en su tercer equipo en dos años, poco más que añadir.
Maxx Williams es el caso más preocupante
Maxx Williams es sin duda el mayor “problema” de los Ravens en la posición. El TE lleva desde el pasado mes de octubre sin jugar y su evolución no ha sido lo satisfactoria que se esperaba. Los Ravens le seleccionaron en la segunda ronda del draft de 2015. El equipo decidió subir a por él, adelantando a los Steelers, en un movimiento que parecía dar estabilidad a una posición que debía ser cubierta ante los problemas de lesiones de un Dennis Pitta que por entonces era uno de los mejores receptores del equipo.
Williams llegaba al draft con la vitola de ser el mejor tight end del college. Un portento físico capaz de agarra cualquier balón y correr con él hasta la end zone con suma facilidad. Sin embargo, no se ha terminado de adaptar a la velocidad de la NFL. El jugador únicamente ha sumado 32 recepciones, para un total de 268 yardas y 1 TDs, pobre bagaje para un alguien que venía para ser el futuro de la franquicia en una posición muy importante para el quarterback córvido, Joe Flacco.
El bajo rendimiento de Williams hizo que los Ravens buscasen la veteranía de Benjamin Watson para estabilizar la situación, pero la lesión en la rodilla no le ha permitido formar parte del equipo. Dennis Pitta intentó forzosamente recuperarse de sus problemas en la cadera para ayudar al equipo, pero una nueva recaída agravó el problema en Baltimore.
Larry Donnell, un arma en red zone y poco más
Baltimore ha decidido fichar a un jugador contrastado en la NFL. No es un crack, pero debería cumplir con su roll sin demasiados problemas. Donnell es una jugador muy grande que en cuatro años ha logrado recibir 110 pases, para 696 yardas y 9 TDs. Precisamente su presencia en la red zone parece ser el principal motivo de su llegada a Baltimore.
Los Ravens también han tenido problemas en la OL y la llegada de un TE receptor no ayudará mucho a paliar este problema. De hecho, Donnell llega a Baltimore después de realizar una prueba con los Colts que le rechazaron por su baja capacidad para bloquear.
Los últimos drafts y movimientos han lastrado al equipo
Los aficionados de los Ravens confían mucho en trabajo del staff técnico, pero en los últimos años han tomado decisiones que están impidiendo a la franquicia rendir al nivel que hace cuatro o cinco años sí tenía. En los últimos dos o tres draft el equipo ha tenido problemas con sus selecciones, especialmente en las rondas intermedias (2-3), algo que no había sucedido y parecía imposible que pasase.
Los problemas en el ataque seguirán siendo una constante en los próximos años si el equipo no coge el toro por los cuernos y decide apostar fuerte por renovarlo. Otra cosa es la defensa, la cual se ha potenciado mucho en las últimas campañas y de la que se espere sea una de las mejores de la competición en un corto periodo de tiempo. Los Ravens vuelven a las raíces, pero la posición de TE ha sido fundamental para los éxitos del equipo y actualmente tiene más sombras que luces.
En Baltimore se espera que esta temporada el equipo mejorase lo conseguido el año anterior con la incorporación de varios jugadores importantes, pero si el problema viene de la base fundamental es difícil salir del bache. Como aficionado de Ravens entono el “In Ozzie we Trust”, pero no puede fallar mucho más en sus draft y, por supuesto, no puede dejar todo el peso del ataque en el brazo de un Flacco que lleva tres años lejos del nivel de aquel que nos llevó a ganar la Super Bowl.