Ledecky pierde por primera vez ante la incombustible Pellegrini
La americana y la australiana Mckeon compartieron la plata después de que la italiana las sorprendiese en un gran último 50. Ledecky suma su cuarta medalla.
Cuando Katie Ledecky apenas contaba con siete años y lleva solo una temporada realizando cursos de natación, una jovencísima Federica Pellegrini lograba la medalla de plata en los Juegos de Atenas en los 200 libre. Corría el año 2004 y la italiana se confirmaba como la nueva reina de este estilo: no solo poseía el récord del mundo (1:52.98) sino que además acumula 17 medallas internacionales en esta disciplina. 13 años después, la estadounidense ha perdido una carrera individual por primera vez ante la incombustible Pellegrini, que sorprendió en el Mundial de Budapest.
La australiana McKeon lanzó la prueba desde el primer 50, con un tiempo de 26.75. Ledecky, que nadó por la calle 4, le fue a entímetros. Marcó el mejor tiempo en el segundo largo (28.87) para atrapar a una australiana voraz, pero hizo un esfuerzo excesivo que al final pagó. Si la americana, de 20 años, es un reloj en las pruebas de 400, 800 y 1.500, aún no ha aprendido a madurar una prueba tan corta como la del 200, donde el último 50 siempre acaba marcando diferencias. Ledecky no es la más rápida, pues hay auténticas especialistas de la velocidad.
Tampoco la estadounidense ha llegado con la suficiencia del Mundial de Kazán o de los Juegos de Río, donde logró ganarlo todo y superar récords del mundo. En Budapest está compitiendo por encima de sus marcas, como hizo en la final del 200. En el último largo, no se vio a una Ledecky cómoda, perdió el estilo, por primera vez se vio humana. Logró atrapar a la McKeon y ambas tocaron a la vez la pared (1:55.18), pero por la calle seis Pellegrini volvió con un parcial de 28.82 (el mejor de todos) y se llevó el oro (1:54.73).
En los Juegos de Río, Ledecky estableció una marca de 1:53.73, un segundo y medio mejor que en la final de Budapest. Un tiempo inaccesible para ninguna de las nadadoras que compitieron, en una final muy barata. Pellegrini nadó más rápido en otros campeonatos. Katinka Hosszu apenas tuvo opciones y finalizó, pese a los cánticos del público, en la séptima posición con un registro de 1:56.35.
La italiana, asombrada, se emocionó por el éxito, a sus 29 años. La natación ya no entiende de edades. La estadounidense se conforma con la plata, su cuarta medalla en estos Mundiales. En la primera jornada, Katie Ledecky nadó en solitario hacia el oro en los 400 libre, mientras que apenas unos minutos depués contribuyó a que Estados Unidos ganara también el relevo 4x100 libre. El segundo oro para la estudiante de Standford, que completó la trilogía de títulos el martes por la tarde en los 1.500 libre, prueba en la que Mireia Belmonte fue plata. Esta tarde ha vivido, once pruebas después, la dulce amargura de ser plata.