Mireia: "Estoy contenta, pero prefiero no hablar de medalla"
La badalonesa logró "la mejor marca del año" y considera que "inconscientemente siempre te reservas fuerzas para final". Tuvo claro que "no había que mirar a Ledecky".
La cara de la Mireia Belmonte después de nadar los 1.500 libre era totalmente diferente a la del primer día. Una sonrisa que evidenció que la nadadora había recuperado sus mejores sensaciones en un Mundial de Budapest que empezó con mal pie, con dos eliminaciones por la vía rápida en los 200 estilos y los 400 libre. "Me sentí mejor que el primer día. Fue una prueba larga y me ayudó a encontrar sensaciones. Estoy contenta", declaró la nadadora, quien tenía clara cuál debía ser la estrategia de carrera de esta eliminatoria, la misma que utilizará en la final: "No tenía que mirar a Ledecky, ella iba a hacer su prueba. Me fue bien tener al lado la chilena, fue una buena referencia. Intenté seguir con mi prueba y hacer buen tiempo".
Mireia reconoció que "es la mejor marca de este año, además por cinco o seis segundos, y eso que por las mañanas nos cuesta más". Y avisó: "Prefiero no hablar de medallas, veremos mañana. Quizás inconscientemente me he tenido que esforzar, he nadado muy rápido". Una final con el color de la medalla de oro muy clara, pero con todo abierto para el resto de las posiciones del podio.
Si la sonrisa fue la de Mireia, la lágrima le tocó a Jimena Pérez, quien se quedó a solo 47 centésimas de meterse en la final. Un palo ya que la madrileña tenía margen de mejora. "Estoy fastidiada porque si hubiese hecho mi tiempo estaría en la final. No tengo mucho más que decir". Y reconoció que "hubo momentos duros que pensaba que me estaba costando, pero lo intenté luchar como pude. A seguir luchando, me queda el 800".