Una fiable Vall se mete sexta en las semifinales de los 100 braza

Nunca antes Jessica Vall había nadado por debajo de 1:07 en las eliminatorias de los 100 braza.  Y nunca antes se había metido en un lugar tan privilegiado como el sexto para las semifinales de esta tarde en el Duna Arena Budapest, en unos Mundiales en los que la nadadora del CN Sant Andreu llega en un estado de óptimo. Sus 1:06.85 le sirven para soñar con una final que ya en la víspera pretendía, después de haber ganado velocidad en este año.

“Es la primera vez que consigo nadar así por la mañana. Me sentí cómoda al principio y al final, pero el viraje no me salió mejor. Esta tarde quiero darlo todo, disfrutar de la semifinal”, comentó Vall, quien tiene entre ceja y ceja nadar las dos finales de la braza. “Dentro de la confianza hay muchos aspectos. El entrenamiento es uno de ellos. Venía confiada, pero cuando te tiras y compites ves que eres capaz de disfrutar y darlo todo”, argumentó.

Vall, que ya fue bronce en los 200 braza en el Mundial de Kazán, es una competidora nata, y saca lo mejor de sí en las finales, donde la estrategia es más determinante. "Sabemos que en la semifinal hay que nadar más rápido incluso que en la final", comentó su entrenador Jordi Jou, en la previa de estos Campeonatos. Vall puede nadar más rápido. De hecho, este año ya logró batir el récord de España de la especialidad. Lo dejó en 1:06.44. Superarlo sería ya un éxito y la certeza de que la catalana estará en la final del martes.

Una prueba, los 100 braza, que depara el primer duelo entre Lilly King y Yuliya Efimova, quienes en los Juegos de Río ni se saludaron (la estadounidense se lo negó) al tener desconfianza por el caso de dopaje de la rusa. King marcó 1:05.20, mientras que Efimova se quedó en 1:05.60.