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LIGA NACIONAL

La campaña 2017 para Chicago Cubs acaba de comenzar

El fulgurante inicio de los vigentes campeones del mundo, unido a la adquisición de José Quintana, les ha permitido ganar en confianza.

Javier Báez y Jason Heyward son dos de los jugadores que han brillado en el inicio de la segunda mitad del año para los Chicago Cubs.
ERIK S. LESSEREFE

Es curioso lo que tiene el deporte norteamericano y, en este caso concreto, el béisbol. Curioso y maravilloso. Cuando hace apenas una semana los Chicago Cubs estaban en el All-Star Break propio de la cita en Miami y que marca el ecuador de la campaña regular, su marca era un récord negativo impropio de un equipo de esta calidad y a 5.5 partidos de los sorprendentes líderes divisionales, los Milwaukee Brewers, casi parecía que se avecinaba el Apocalipsis, el Armageddon o lo que sea que no tuvo lugar durante el transcurso del épico enfrentamiento en las Series Mundiales con los Cleveland Indians.

Siete días después, los intratables Cachorros de Chicago ya están a 1.5 partidos de los Brewers y casi están deseando que se pongan por delante el rival que sea, como si son los Dodgers o los Astros.

Es lo que puede hacer por ti un parcial de 6-0 unido a cuatro derrotas seguidas de los chicos de Milwaukee.

Un tiempo nuevo

No hace mucho Joe Maddon declaraba lo importante que era para su equipo el desconectar durante el parón por el All-Star y afrontar la segunda mitad del año con ánimos renovados, cosa que finalmente ha terminado ocurriendo con un despliegue global que les acerca mucho a los Chicago Cubs que maravillaron durante gran parte del 2016.

Además, hay que tener en cuenta que al no estar presentes en Miami de forma totalmente justificada, tuvo lugar algo que para gente de tanto nivel como Kris Bryant, Anthony Rizzo, Jake Arrieta o Jon Lester no se producía desde hace mucho tiempo.

Unas mini-vacaciones en mitad de la temporada.

El calendario les presentaba dos caras de la misma moneda. Por un lado se encontraban unos Orioles de Baltimore en caída libre mientras que por el otro figuraban unos Atlanta Braves que se perfilaban como uno de los conjuntos más en forma de la época más reciente y con el ánimo de meterse en la lucha por una de las plazas de Wild Card, aunque fuese de forma remota.

Los seis triunfos consecutivos, cada uno de su padre y su madre, han presentado unas características muy esperanzadoras:

- El ataque despertó a lo grande, con un empujo que nos hacía recordar su mejor versión desde el año pasado, con una marca de .311 de bateo y 16 home runs contra los cuerpos de lanzadores de Orioles y Braves, que casi no debería contar si pensamos en el primero de ellos.

- Los miembros de la rotación, una de los grandes decepciones de lo que llevamos de 2017, se mostraron intratables con una ERA de 2.00 mientras que en la primera mitad fue una pobre marca de 4.66. Y sí, hay que incluir a John Lackey en esta racha.

Todo ello ha contribuido a que los Cubs vuelvan a hacer historia y es que se trata de la primera ocasión en la que este club encadena seis triunfos consecutivos nada más iniciarse la segunda mitad del año y que barrieran del mapa a la oposición por un parcial de 44-17.

¿Han vuelto?

Esa es la gran pregunta y que tendremos respuesta a lo largo de las próximas fechas. El calendario que aguarda a los Cubs de aquí hasta finales de mes y que coincide con el fin del mercado de traspasos es interesante con una serie de tres partidos frente a los Cardinals, cuatro contra los vecinos pobres de Chicago y otros tres ante los Brewers.

Todo esto iría unido a los potenciales refuerzos que puedan llegar hasta entonces.

Agosto será otro cantar. Series contra los Nationals y por partida doble contra los Arizona Diamondbacks nos ofrecerán un desafío mayor y más acorde a lo que pueda darse en octubre.

Está claro que los Cubs han empezado con buen pie y que el título divisional les debería pertenecer porque es el mejor equipo libra por libra en ese frente, pero los playoffs son una historia bien distinta.

Aunque jugando como lo han venido haciendo en los últimos días da motivos para soñar con un ‘back-to-back’ o ganar campeonatos del mundo consecutivos, que para eso están construidos.