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Kirk Cousins, Le'Veon Bell y compañía frente al abismo

Mañana concluye el plazo que tienen los equipos de la NFL para poder hacer un contrato de larga duración a sus jugadores etiquetados "franquicia".

Kirk Cousins, Le'Veon Bell y compañía frente al abismo

Concluye mañana, lunes 17 de julio a las diez de la noche (hora peninsular), el plazo que tienen los equipos de la NFL para firmar con un contrato de larga duración a sus jugadores etiquetados como "franquicia". Pasado ese límite no podrán negociar con ellos hasta el final de la temporada 2017, es decir, en febrero del año que viene.

Es importante esto. El subterfugio del etiquetado "franquicia" nació para que los equipos pudiesen disponer de tiempo para negociar con los jugadores que consideran imprescindibles en su plantilla pero con los que no han podido alcanzar un acuerdo a largo plazo; bien sea porque no están del todo seguros de su valor, bien porque tengan otras prioridades más urgentes en la agencia libre, con este movimiento se aseguran que sus jugadores no pueden ser firmados por otra franquicia y, por lo tanto, ganan tiempo.

A cambio, por supuesto, la contrapartida: un pastizal por un sólo año. Y con todo el capital garantizado e íntegro contra el espacio salarial. Que no todo van a ser ventajas. De esta manera, los jugadores "franquicia" se aseguran, a cambio de no poder firmar con otros equipos, un salario élite para su posición y estar en disposición de salir al mercado en la próxima campaña. No son pocas ventajas en un mercado tan volátil y con tanta inseguridad como es el de la NFL.

Además, todo jugador que juegue una temporada como "franquicia" tiene un 120% del mismo salario en la temporada siguiente si el equipo sigue sin decidirse sobre qué hacer con él, por lo que la capacidad de negociación del jugador se va incrementando con el tiempo al tener un asegurado muy por encima del mercado.

Ante esta disyuntiva, es decir, arriesgarse a tener al atleta sólo por un año y pagándole a tocateja un muy buen dinero o tener que hacerle un contrato más asumible pero que se vaya a los cuatro o cinco años, los equipos tienen que tomar decisiones que les pueden acercar al abismo. Los casos este año, y que se dirimen en las próximas horas, son los siguientes:

Kirk Cousins, QB, Washington Redskins

La situación para los Redskins es endemoniada. Es evidente que no consideran que Cousins se haya ganado el derecho a ser uno de los quarterbacks mejor pagados de la liga, y no les falta razón en ello. Tienen miedo de comprometer más de 20 millones de dólares por temporada en él y que resulte un fiasco que lastre a la franquicia el próximo lustro. Y, de nuevo, es fácil empatizar con ese punto de vista.

Sin embargo, el mercado en tozudo: o se los pagas o se los va a pagar otro, en este caso los San Francisco 49ers. Y, siendo así, la alternativa es volver a empezar de cero en el puesto supremo de este deporte.

¿Que por qué sabemos que los Redskins no confían en Cousins? Pues porque el año pasado jugó como "franquicia" y este año hemos llegado a la fecha límite de negociación y este quarterback sigue sin contrato. Imposible encontrar mayor evidencia.

Si los Redskins no le ponen sobre la mesa cinco años y unos 20 millones por años, con unos 50 millones garantizados, Cousins no va a firmar. Esto es así porque, ahora mismo, tiene la sartén de la negociación por el mango. El jugador ganó el año pasado 20 millones de dólares y va a ganar 24 millones en la temporada 2017; hablamos de cifras absolutamente élite. Y eso contando que el año que viene será agente libre para negociar el gran contrato de su carrera, algo que sólo podrían evitar en Washington pagándole una tercera anualidad en "franquicia" y elevando ese trienio mágico para las finanzas del jugador a nada menos que a unos 75 millones de dólares. Ni Aaron Rodgers, ni Tom Brady, ni nadie llegaría a eso.

Si se llega a un acuerdo, Kirk Cousins, lo merezca o no, será uno de los jugadores mejor pagados de la historia de la NFL y los Washington Redskins dejaran este culebrón atrás para mirar al próximo lustro con algo claro. Si no se llega, Kirk Cousins, lo merezca o no, será uno de los jugadores mejor pagados de la historia de la NFL y los Washington Redskins serán presa de la inestabilidad toda la temporada y en la próxima agencia libre, aunque no estarán atados a nada. Es lo que sucede cuando un jugador gana, y por paliza, unas negociaciones de este estilo.

Le'Veon Bell, RB, Pittsburgh Steelers

Otro caso complejo es el del, se puede argumentar, mejor corredor actual de la NFL. Los Pittsburgh Steelers se han dedicado a otros asuntos que les preocupaban más, como la renovación de Antonio Brown, y han dejado para el final el asunto del running back que, esto también es debatible pero yo lo pienso, es la pieza más singular de su ataque.

Bell, al igual que Cousins, no tiene grandes incentivos para firmar un contrato de larga duración que no sea rompedor en el mercado. Con la etiqueta "franquicia" jugaría la 2017 por 12 millones de dólares, un salario excepcional para su posición. Y entraría en el mercado la temporada que viene con tan sólo 26 años y la seguridad de tener muchas novias.

Digo seguridad y en este caso no es tal, pues la posición de corredor está expuesta a grandes vaivenes debidos a los riesgos físicos que comporta.

El problema es que el dinero garantizado que se da a los running backs, hasta ahora, no ha excedido de los 18 millones, caso de LeSean Mc Coy, o los quince, de Doug Martin, en el mercado. Entonces ¿cuanto hay que darle a Le'Veon para que acepte? Qué menos que unos 25 millones, pues los 12 de esta temporada ya los tiene garantizados. Veremos si los Steelers se atreven a tanto o se dejan el problema para febrero del año que viene.

Trumaine Johnson, CB, Los Angeles Rams

Johnson, al igual que Cousins, cumplirá su segundo año jugando como jugador "franquicia". Y, por lo tanto al igual que Cousins, tiene absolutamente todo el poder de las negociaciones.

Porque si el año pasado se llevó 14 millones de dólares, esta temporada se embolsará 16,7, lo que le ponen en más de 30 millones en dos años y le hacen uno de los cornerbacks más afortunados de la liga.

La excusa de los Rams por mantener esta situación es ver, según sus propias palabras, si el jugador se adapta a los esquemas defensivos de Wade Phillips, el nuevo coordinador de defensa, lo cual es una chorrada porque es evidente que el jugador es muy bueno y puede jugar en cualquier esquema o, si no se cree en él, no tiene ningún sentido mantenerle a este escandaloso precio.

Johnson fue el ganador de la pugna con su ex compañero Janoris Jenkins, que acabó volando a los New York Giants al no poder retenerlo los Rams y, ahora, da la sensación de que el equipo no sabe como tratar con él. Si no firma un contrato de larga duración será una de las estrellas de la próxima agencia libre.