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HOMENAJE A LOS MEDALLISTAS ESPAÑOLES

Arrese y Costa-Corretja, "las medallas más inesperadas"

Arrese arriesgó toda su temporada, en 1992, por una plata que nadie preveía. Costa y Corretja iban a por individuales en Sidney, pero fueron bronce en dobles.

GALA AS OLIMPICOS BARCELONA92
 FOTO DE FAMILIA EN MONTJUIC MAKING OFF
 CORRETJA ALBERT COSTA
GALA AS OLIMPICOS BARCELONA92 FOTO DE FAMILIA EN MONTJUIC MAKING OFF CORRETJA ALBERT COSTA FERNANDO ZUERASDIARIO AS

Salvo en Londres 2012, jamás el tenis español ha fallado a su cita con el podio desde que se estrenó como deporte olímpico de pleno derecho, con Sergio Casal en Seúl 88. Por ello, resulta temerario asegurar que las medallas de Jordi Arrese en Barcelona 92 y la de la dupla formada por Álex Corretja y Albert Costa en Sidney 2000 llegaron casi por sorpresa. Pero es que incluso sus protagonistas lo admiten. 

Por un lado, Arrese, acaso el único que confiaba en sí mismo. "Arriesgué todo el año, hice casi cuatro meses y medio de pretemporada sin participar en ningún torneo. Tuve preparador físico, psicólogo, dietista… Y salió muy bien", celebra. Por eso, sonríe al recordar que incluso el entonces Director General de Deportes, Rafael Cortés Elvira, admitió que su plata, conseguida tras cinco horas y tres minutos de lucha ante el suizo Marc Rosset, fue el único metal no previsto por la delegación española. "La mía fue la única medalla que no esperaban. Pero yo sí lo esperaba, porque me crecía ante las adversidades", afirma Arrese, quien popularizó el gesto de trazar un círculo con el índice y el pulgar sobre el pecho. 

También célebre fue el festejo de Corretja y Costa al asegurarse el bronce en Sidney, tras imponerse a los sudafricanos Adams y De Page. "Fue una apuesta. Lo prometimos en una cena con amigos y la tuvimos que cumplir", resume Costa. Y añade: "Fue bastante inesperada. Íbamos con pretensiones de ganarla cada uno a nivel individual, pero Álex cayó pronto y yo incluso antes, en la primera ronda". 

Corretja le secunda: "Era superficie rápida y nosotros nunca jugábamos juntos. Así que la medalla fue un regalo histórico, único". Y más cuando el partido se tuvo que postergar un día por la lluvia: "Nos pasamos toda la noche en el hotel debatiendo cómo disputar el siguiente juego". Igual que el tenis español aguarda ya su siguiente metal, tras los Nadal, Arantxa, Conchita, Bruguera, Ruano, Medina, Marc López...