HOMENAJE A LOS MEDALLISTAS ESPAÑOLES
AVE Madrid-Barcelona: "¿Pero ya hemos llegado?"
Muchos deportistas viajaron a la gala en el tren de alta velocidad directos desde Madrid, tardaron escasas dos horas y 45 minutos.
Suena la megafonía: ‘Próxima parada: Barcelona Sants’. “Si es que ni nos hemos enterado”, era la impresión generalizada tras el viaje de dos horas y 45 minutos de los deportistas que acudieron de Madrid a Barcelona para el Homenaje a los Medallistas Españoles de AS. Esa sensación de flash la producía la euforia del evento y, sobre todo, los 350 km/h que alcanza el AVE, ese tren de alta velocidad que une capitales de España en tiempos impensables para los ferrocarriles del siglo XX.
“Vamos como reinas, yo que acostumbraba a viajar en furgonetas, coches… Esto es una maravilla, voy trabajando con mi ordenador. Es genial”, cuenta Theresa Zabell, oro en vela en Barcelona 92, que hizo muchísimos kilómetros de carretera para preparar esos Juegos. Justo a su lado, en el vagón 2 de preferente, van sentadas Mercedes Coghen y Virginia Ramírez, dos de las que abrieron el camino al hockey femenino con el oro en la Ciudad Condal. “Estamos felices de juntarnos de nuevo. Venimos todas al evento. Antes nuestra casa era la carretera Nacional II, porque hacíamos miles de kilómetros, ya que las que éramos de equipos de Madrid jugábamos mucho en Terrassa, en Barcelona. Tenía gracia que cuando se acercaban los Juegos, había un cartel que ponía: ‘Quedan 200 días, quedan 100 días”, relata Coghen, que ve en este tren “un cambio total”: “Es una maravilla. Además puedes ir hablando por el móvil”.
Las chicas de oro de hockey son mayoría en este tren de las 10:30, van María Ángeles Rodríguez y Natalia Dorado, que cuenta: “Si es que en el equipo de Barcelona 92 eramos mayoría madrileñas, unas de Valdeluz y otras del Club de Campo”.
Charla y trabajo. Una de esas conversaciones de las que habla Coghen, que surgen en lugares como el AVE, es la que entabla con Alejandra Quereda, medallista de plata en rítmica en Río y que aprende de lo que le dicen Zabell y Coghen: “Nos habíamos visto en sitios, pero nunca habíamos hablado”. Y Zabell le recuerda, que en Barcelona las mujeres “abrieron el camino del deporte femenino”. “Me habría gustado vivir unos Juegos como los de 1992, sé que fueron muy importantes para España”, relata Quereda, y en la charla sale esta frase: “Ahora es el deporte femenino el que tira”. Es el AVE de España.
Observa atento Rafael Lozano, el Balita que ganó dos medallas en boxeo, bronce en Atlanta y plata en Sydney, que es uno de los grandes usuarios de AVE: “Soy de Córdoba y vivo en Madrid, así que me viene fenómeno. Cada 15 días voy y vuelvo y estoy en casa en dos horas. Es lo más cómodo”. Y José Manuel Beirán, plata en baloncesto en Los Ángeles ha hecho uso completo del pack que ofrece AVE: “Te dan el billete de Cercanías, que lo he usado para llegar a Atocha y luego coges este tren que es comodísimo. Mejor que el avión”.
Beirán va en el vagón 1, igual que Amaya, plata en fútbol en Sydney 2000, que viaja a Barcelona con mucha frecuencia. Siempre en AVE: “Jugué en el Espanyol y conservo muchos amigos y familia”. Desde su sitio hasta se pasa el coche 2 y 3 de preferente y se llega a la cafetería... Hay ambiente.
Allí hay historia del piragüismo, José María Esteban Celorrio y José Ramón Díaz-Flor fueron medallistas en Montreal 76 y conversan con Carlos Pérez Rial Perucho, oro en K2 de Pekín. “Con nosotros empezó todo, nos enseñaban los métodos de los rumanos, que eran los que mandaban. Fue duro”, relata Díaz Flor, ahora director de la residencia Blume. “Menos mal que a nosotros no nos tocó esa época”, se ríe Perucho. Suena megafonía. “Próxima parada: Barcelona Sants”. “¿Pero ya hemos llegado?”, se oye en los vagones. De ahí, directos al gran día.