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AS 50 ANIVERSARIO | HOMENAJE A LOS OLÍMPICOS ESPAÑOLES

Theresa Zabell: "En las dos medallas tuvimos que remontar"

Theresa Zabell (1965) es la única española con dos medallas de oro olímpicas, en Barcelona 92 y Atlanta 96. Su marcha dejó un hueco aún sin cubrir en la clase 470. Retirada en 1998, aún es un referente.

Theresa Zabell.
FELIPE SEVILLANODIARIO AS

Barcelona 92. Theresa Zabell y Patricia Guerra forman pareja para ganar el oro.

Las dos teníamos parejas distintas, pero el director técnico entendía que juntas podíamos ser un tándem brillante, ella como tripulante, porque era más alta y corpulenta, y yo de patrona, porque para la otra posición no daba la talla.

Y ganaron el oro. En realidad, con esa medalla ya se contaba.

Llegábamos como la tripulación favorita porque éramos campeonas de España, de Europa y del Mundo. Pero no fue fácil. Resultó muy complicado, porque en la primera regata nos descalificaron, y nunca una tripulación que había empezado así se había impuesto en un campeonato de ese nivel.

En la vela se descarta una prueba. Podía ser esa.

Algo así. Pero arrancar con el descarte es una mochila muy pesada, porque ya no puedes tener ni un día malo. Replanteamos nuestra estrategia, dejamos de mirar la general hasta mediada la prueba, y entonces, al ver que íbamos mejorando, nos replanteamos la estrategia. El penúltimo día cogimos el liderato tras una regata excepcional, y lo mantuvimos el último día.

Segundos Juegos, Atlanta, y segundo oro. Y con nueva compañera. ¿No le aguantó Patricia?

Es que se casó y se fue a vivir fuera de España. Entró Begoña Vía Dufresne conmigo, y tuvo un comportamiento excepcional. Sin ella, la segunda medalla hubiese sido imposible.

¿Más sencilla que la primera?

Igual de complicada. Es la única vez que he pasado miedo en un campo de regatas. El segundo día estuvimos agarradas al barco casi una hora. Llegamos a pensar que nos ahogábamos, hundidas en mitad de una tormenta. Y eso nos pasó factura las primeras pruebas, y nos obligó a remontar.

Vaya Juegos entonces.

La competición era en Savannah, a cinco horas de Atlanta. No pisamos la Villa, ni estuvimos en la inauguración, y la que se hizo en el campo de regatas se suspendió por otra tormenta. Vamos, que parecía más un Mundial que unos Juegos Olímpicos.

¿Entonces no tiene confidencias que contar de su experiencia olímpica?

Es que nosotras llegábamos del campo de regatas cuando ya no quedaban deportistas en el comedor, y nos levantábamos muy pronto. No, no puedo contar cómo era la vida en la Villa, ni siquiera que me encontré con Michael Jordan. Teníamos un objetivo, conquistar la medalla, y si bien en Barcelona estábamos en el meollo y se vivía intensamente, en Atlanta ni eso, porque nos tenían tan lejos de donde estaban el resto de los deportistas que no les vimos.