Los Angeles Rams
"Dadle más duro", la orden de Jeff Fisher a sus jugadores
El ya ex entrenador de Los Angeles Rams azuzó aún más a sus pupilos tras ser apercibido por los árbitros debido a la dureza del equipo.
La serie de Amazon "All or nothing" cumple su segunda temporada con el objetivo de mostrarnos todo lo que sucede en el interior de un equipo de la NFL durante la temporada regular. Este año los protagonistas son Los Angeles Rams y, desde el principio, intuimos que el que era entrenador del equipo, Jeff Fisher, se iba a convertir en uno de los grandes protagonistas del show.
No nos equivocamos (no en ésto, digo).
Ya en la promoción de la serie se usó el momento en el que Fisher les contaba a sus colaboradores que había sido despedido como el gran enganche promocional. El instante tenía poder emotivo y, realmente, es quizás lo más interesante de lo que les pasó durante la temporada a los Rams, un equipo que, más allá de volver a Los Angeles y el debate sobre si Jared Goff merecía ser número uno del draft, dejó poquitas cosas en el campo como para estar pendientes de sus andanzas.
Pero hay una escena, sacada del partido que los Rams disputaron contra los Dolphins en Miami, que resulta a la vez graciosa y significativa de cómo llevaba el equipo Fisher, de su estilo tradicional y de vieja escuela.
Resulta que el árbitro, Gene Steratore para más señas (el tipo que mejor canta el "first down" de toda la NFL, para mi gusto), se le acercó a la banda y le dijo que controlara a sus muchachos. Que una cosa era jugar duro una vez que se había producido el snap y otra estar dando la lata y rozando lo ilegal en cada instante del encuentro.
Fisher, entonces, reunió a sus jugadores y les dijo: "El árbitro me ha pedido que hable con vosotros" y tras in instante de pausa dramática añadió: "Así que dadle más duro".
La respuesta que obtuvo fue la esperada: alegría de sus jugadores y sensación de orgullo de grupo. No hubo vítores de casualidad. El entrenador también les advirtió que lo que tenían que hacer era dejar de insultar y ponerse chulitos con los rivales, que era eso lo que estaba sacando de quicio a los árbitros y que, si lo hacían, les dejarían en paz.
No hay que olvidar que en el equipo de Jeff Fisher lucía como coordinador defensivo Gregg Williams, quien fue condenado por la liga por ser la principal figura del "Bountygate" de los New Orleans Saints. Allí, siendo también coordinador defensivo, instauró un sistema de pagos ilegales dentro del vestuario, con fondos puestos por todos, para fomentar que sus jugadores lesionaran a los rivales, a razón de 10.000 dólares la "cabeza del quaterback". Lo sabe bien Brett Favre, que sufrió una paliza histórica, y demencialmente ilegal, ante esos Saints en la final de la NFC de la temporada 2009, en la que New Orleans acabaría consiguiendo el anillo.
Hay cosas, por lo que se ve, que siguen teniendo su predicamento en la NFL.