Oakland Raiders
Los Raiders a contracorriente: más dinero para la OL
El equipo de Oakland le ha dado 56 millones de dólares por cinco años al guard Gabe Jackson y muestra una tendencia nada actual.
Los Oakland Raiders están construyendo un equipo para ganar el anillo. Llevan en ello un tiempo, claro, que no es un estado al que se acceda de un día para otro. Eligieron en un mismo draft a Khalil Mack y a Derek Carr y, desde ahí, vieron el cielo abierto. Sin embargo, en su camino de andamiaje hacia lo que esperan sea un edificio para tener oportunidades de Super Bowl año tras año han decidido coger un camino que parece a contracorriente de la actual NFL: pagar como locos a los gordos de la línea ofensiva.
Su último movimiento ha sido firmar al guard Gabe Jackson por 56 millones de dólares y cinco temporadas de extensión de su contrato de rookie. De esos 56 millones, 26 son garantizados. Esto le convierte en el tercer jugador mejor pagado de su posición tras Kevin Zietler, de los Celveland Browns, y su compañero Kelechi Osemele. El jugador llegó a la plantilla siendo elegido en la tercera ronda del draft de 2014, el mismo que el de Carr y Mack, y se ha convertido en un titular indiscutible, así que parece un movimiento lleno de lógica.
Salvo que, con este dinero, la cantidad de recursos invertidos en la OL por parte de los Raiders se dispara muy por encima de cualquier otro equipo en la NFL. Y muy, muy, muy por encima de cualquier otro aspirante al anillo. El espacio salarial que se van a comer los "gordos" del ataque de Oakland será de unos 53 millones de dólares cuando el de los Cleveland Browns, que han invertido un montón en la línea al no tener que pagar a grandes estrellas, está en 49 millones de dólares y los rivales de los Raiders en la AFC se quedan en 39 millones, los Steelers, o 25, los Patriots.
No es lo normal. No es que la OL haya dejado de ser importante en el juego, ni mucho menos, pero llevábamos muchas temporadas en que los precios de los jugadores de esas posiciones estaban controlados y para ganar no hacía falta pagarles en exceso. Más aún a los guards.
El año pasado algo cambió. El juego de carrera potente brilló, muchas franquicias aprovecharon que las defensas se habían hecho más pequeñas y rápidas para perseguir el juego de pase y pudimos disfrutar, los que disfrutamos de esto al menos, de enormes apuestas por la OL en Dallas, por descontado, y grandes temporadas de las de los Titans, Eagles (al menos hasta la sanción de Lane Johnson) o, por supuesto, los Raiders.
Y en ello van a seguir. Ahora mismo tienen cobrando como estrellas a sus dos guards, Osemele y Jackson, y el resto de titulares, esto es, Penn, Hudson y Howard, con buenos sueldos. La apuesta es evidente y contundente.
El problema es que en esta liga la manta nunca tapa del todo. O los pies o la cabeza. No hay más. Y esta cantidad de recursos se van a notar en otras posiciones. De entrada, Khalil Mack se quedará esta temporada sin su extensión de contrato, que habrá de negociarse en la próxima primavera. No es que exista ningún riesgo de perder a su gran estrella defensiva porque cuentan con el recurso del contrato de "jugador franquicia", pero tendrán que empezar a hacer encaje de bolillos.
Lo que resulta evidente tras esta extensión de contrato es que los Oakland Raiders han escogido un camino diferente, a contracorriente, de lo que es ortodoxo en la NFL de la segunda década del siglo XXI. Su mayor bien es Derek Carr y han decidido que lo que más recursos ha de llevarse es su protección. Me parece intrigante. Me parece muy interesante. Siempre es un riesgo no hacer lo mismo que los demás. Veremos si les da réditos o sí se han pasado de listos.