Taco Charlton, de los Cowboys, anunciará... tacos, claro.

Cuando los Dallas Cowboys eligieron en el draft a un defensive end de la universidad de Michigan llamado Taco Charlton quien más quien menos imaginó que las empresas de comida mexicana de la zona lo querrían para ser la imagen comercial de su cadena. Porque, bueno, ya sabéis... los tacos... Taco Charlton... o sea, no es necesario un grado en ingeniería aeronáutica para unir estos hilos.

No hemos tenido que esperar mucho. La compañía Taco Bueno, que hace tex-mex y es muy popular en el estado tejano, ha ofrecido al jugador un contrato de patrocinio por el que se convertirá en la imagen de estos restaurantes.

La unión parece que ni hecha a medida. El jugador declaró, cuando aún estaba en la universidad y su nombre llamaba la atención, que adoraba los tacos y que los comía casi a diario, que se habían convertido en su plato favorito.

No siempre fue así. De hecho, el mote se lo pusieron de niño y como todos sus compañeros asumieron que era por su fervor por la comida mejicana, el joven Charlton estuvo mucho tiempo sin probar ninguno. En un rasgo de carácter que revela su personalidad, se negó a que le gustasen sólo para llevar la contraria, para revelarse frente a los prejuicios. El problema es que se hizo adolescente y probó la comida mejicana y, como toda persona de bien con un gusto culinario respetable, cayó rendido a las delicias que la cocina de esta país nos trae.

Al ser elegido en el draft por los Cowboys todos estos chistes y prejuicios con su nombre volvieron a aflorar. No en vano en Texas adoran este tipo de alimentación y le han añadido la segunda mitad a Tex-Mex para conformar un estilo de restaurantes y platos que, perdonad de nuevo que insista, son una puñetera delicia. O, al menos, sabrosos y adictivos a partes iguales.

Así que supusimos, ahora vemos que con acierto, que alguna franquicia o cadena le echaría el guante al jugador y pondría su cara, su nombre, al lado de su taco más popular, más rico o el que más quisieran vender.

Ahora sólo falta que a Forrest Lamp, de Los Angeles Chargers, le contacten de una empresa de gambas (o de zapatillas para hacer running) y que a Landon Collins, de los New York Giants, le llamen para vender discos de The Clash para que todas las grandes ideas publicitarias que tengo en la cabeza se hagan realidad.