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Francisco Rodríguez ante su gran dilema en las Mayores

El pitcher venezolano ha perdido su responsabilidad como cerrador de los Detroit Tigers y no está contento por cómo se le está utilizando recientemente.

Francisco Rodriguez no pasa por su mejor momento en las Mayores.
Greg FiumeGetty Images

Francisco Rodríguez ha sido uno de los mejores closers desde que se hizo con el puesto allá por 2005 sustituyendo al gran Troy Percival. Desde entonces, su balance ha sido tremendamente positivo, sumando seis participaciones en el All-Star, estableciendo la mejor marca de saves en una campaña con 62 en 2008 y eso le ha permitido acabar tres veces entre los cuatro mejores en el Cy Young e incluso sexto en el MVP en esa misma campaña.

Igualmente, entró con fuerza en las Mayores en 2002 y con 20 años, su irrupción fue providencial para que los Anaheim Angels ganasen las Series Mundiales en aquella campaña, formando un tándem demoledor junto a Percival y logrando cinco triunfos durante aquellos playoffs, récord absoluto en una misma postemporada.

Sin embargo, el Tiempo pasa para todos e incluso para el Kid, que ha perdido su puesto como cerrador en los Detroit Tigers y sus 437 saves, cuarta mejor marca de todos los tiempos corre serio peligro de tener inmensas dificultades a la hora de aumentar esa cifra.

Un 2017 a olvidar

Un año después de acumular 44 saves, aunque con ciertos aspectos que podían anticipar una preocupación no demasiado lejana en el tiempo, lo que nadie anticipaba era que el rendimiento de K-Rod con tanta velocidad, pero esto no siempre se anuncia a bombo y platillo sino que llega con una velocidad fulgurante… o no.

El Kid acumulaba una ERA de 8.49 y cuatro ventajas desperdiciadas (blown saves) más un poco edificante récord de 1-4 antes de ser sustituido por Justin Wilson, con un mal control y una preocupante tendencia a conceder home runs en los momentos más inoportunos.

Rodríguez se ha visto relegado a una posición menor en importancia, casi el equivalente a los ‘minutos de la basura’ de la NBA y con la esperanza de recuperar una versión más efectiva que la vista hasta el momento.

Lo cierto es que esas situaciones con menos estrés le han servido para acumular cinco actuaciones consecutivas sin permitir una carrera desde el 6 de junio y le ha permitido destacar en los últimos tiempos, como una excelente actuación contra el corazón del turno de bateo de los Arizona Diamondbacks que cuenta con un potencial MVP en Paul Goldschmidt y un productor de carreras de primer nivel en Jake Lamb.

Sin embargo, la falta de actuaciones entre el 19 de mayo al 6 de junio es lo que está causando una profunda frustración en el venezolano, una que ha tenido como vía de escape el enfado que muestra con el uso que le están dando si se cuenta con su trayectoria y la falta de comunicación entre su técnico Brad Ausmus y el propio jugador.

Los motivos de su declive

Lo primero de todo es destacar que Francisco Rodríguez ha sido de reinventarse muchísimas veces. Según nuestros amigos de Fangraphs, el año de su debut mostraba un combo demoledor con una recta que promediaba 93.5 millas por hora y un slider que era su lanzamiento principal para lograr los strikeouts que le dieron fama y fortuna.

Sin embargo, pese a mantener la velocidad en su recta durante sus primeras temporadas, el venezolano fue utilizando menos el slider y más un cambio que alcanzó un nivel soberbio, dándole un arma que le causaba menos estrés en su brazo y que le permitió resistir el ‘rodaje’ en la MLB y la pérdida de velocidad.

El mayor problema es que ya en la treintena y tras su segunda, tercera (o cuarta reinvención), su recta apenas llegaba a las 90 millas y la separación en velocidad con su cambio era cada vez menor con lo que el margen de error se ha quedado casi en nada.

Y no, el desgaste que ha sufrido K-Rod ha sido fruto del paso del tiempo en las Mayores, unas que alcanzó con 20 años y no ha sufrido ningún tipo de exceso por parte de sus técnicos más allá de su primer (y casi único) año como setup en la octava entrada, que es un puesto que se presta a un uso más extenso, mientras que el de closer sólo es recurrido para los momentos más necesarios.

A día de hoy, resulta complicado ver al Kid recuperar su puesto por la sencilla razón de que Justin Wilson está haciendo un buen trabajo, pero este pitcher ya ha mostrado una gran capacidad para adaptarse y a eso tendrá que recurrir si quiere seguir sumando saves y alcanzar los 500 que le permitirían soñar con el Hall of Fame.