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Desciende el Villa de Aranda y en Cangas viven una fiesta

El partido de Benidorm terninó en empate, pero en ese momento ya sabía el equipo alicantino que estaba salvado, aunque perdiese

Los jugadores del Cangas confiaron en que era posible salvarse.

La última jornada de la Liga se vivió intensamente en O´Gatañal y en la pista burgalesa de Aranda. Con el Benidorm prácticamente no se contaba porque se pensaba, y se acertó, que puntuaría en su pista ante el Puente Genil, con lo que mantendría la categoría por sus propias fuerzas. Y aunque le costó, y fue siempre a remolque, llegó a la última jugada con empate a 29, y no lanzó mientras celebraba su permanencia milagrosa en la que sólo creía Zupo Equisoian cuando cogió al equipo en la segunda vuelta.

El Cangas confiaba en sus posibilidades, y en que le echase un mano el Ademar, subcampeón de Liga, al que se había enfrentado hace una semana en León, y con el que perdió por poco. Pero aún así, era su única opción. El club gallego apeló a un llamamiento popular, y llenó su cancha como en las grandes ocasiones.

El Bidasoa, salvado, plantó cara, pero no con la intensidad de que le fuese la vida en el partido. Salazar, un joven portero revalorizado en la segunda vuelta del campeonato, aportó paradas de mérito, y al descanso el Cangas ya mandaba, y aunque pasó algún apuro en la segunda mitad, ganó con autoridad 31-27. ¡Y lo celebró a lo grande! Fiesta en Cangas.

Y desesperación y llanto en la pista del Villa de Aranda. El Ademar fue un equipo serio, y aunque jugó con todos, y aunque en la mitad de la segunda parte parecía que había levantado el pie del acelerador y permitía a los burgaleses acercarse peligrosamente, lo cierto es que la ansiedad aceleró en exceso al equipo arandino, entregado al final, que con el 29-34 final pierde la categoría, empatado a puntos con el Cangas, pero con peor balance entre ellos: empate y victoria del Cangas.