La NFL recapacita: adiós a las sanciones por celebraciones

No conozco a nadie que estuviera a favor de la normativa de la NFL en la que, de manera estricta, se penalizaba a los jugadores que expresaban su alegría tras una anotación o una jugada remarcable. De hecho, este tipo de enfermiza persecución del jolgorio llevó a la liga a ser receptora del título de No Fun League (también NFL en la iniciales) y a ser criticada, al menos hasta donde yo alcancé a ver, oír y leer, de manera unánime.

Por fin, esta semana, el reinado oscuro de la falta de felicidad toca a su fin. Los 32 propietarios de franquicias NFL se reúnen para aprobar los cambios en el reglamento y, entre ellos, figura el dejar de sancionar el exceso de celebración. De esta manera, los árbitros, que también odiaban la norma, ya no tendrán que lanzar u pañuelo amarillo ante algún baile, algún juego con el balón en la end zone y lo que sea que se les ocurra a los jugadores, evitando a ese equipo perder quince yardas en la siguiente jugada y evitando al protagonista el tener que soltar cantidades notables de dinero en multas.

No tenía sentido que la NFL insistiese en una tontería de este calibre. Más aún en la era de las redes sociales e internet, en la que tan importante es el juego como el seguimiento que se hace luego de cada anecdótico detalle. Es bueno para el negocio que las redes se llenen de gifs, fotos y montajes con la tontería que se le haya ocurrido al receptor de turno. Y mostrarse como señores adustos, de traje y meñique estirado tomando el té, ante algo tan natural y celebrado, que tanto tiene que ver con el deporte en sí, con esta liga en concreto y con esta era en la que vivimos, era no sólo absurdo sino contraproducente.

Para que esta norma se apruebe han de votarla a favor 24 de los 32 dueños de franquicias, y es algo que parece asegurado.

Prórrogas de diez minutos

Como también parece asegurado que las prórrogas quedarán reducidas a diez minutos en vez de los quince que podían durar hasta ahora.

Es más extraño encontrar la motivación de este cambio. Se busca, supongo, contentar a las televisiones con una duración más controlada de los partidos con tiempo extra, aunque se disfrace de movimiento para mejorar la seguridad de los jugadores (...), pero se aumenta el riesgo de tener empates, y eso es algo en lo que la inmensa mayoría de los seguidores de la NFL también coincidimos: odiamos los empates. El año pasado tuvimos dos y nos pasamos todo el año mirando la clasificación con el gesto torcido, como cuando ves algo desagradable, un puzzle en el que no están bien encajadas las piezas.

Buen momento para recordar que, en mi opinión, la solución óptima para los empates es: una sola jugada por equipo desde la yarda dos; repetir hasta que uno de los dos anote y el otro no. Simple, rápido, implica ataque y defensa, implica táctica, excitante y justo para quien no ha podido ganar durante 60 minutos. Mientras se llega a eso, o algo similar, seguiremos con los mismos problemas en las prórrogas, ahora con el pánico del empate cinco minutos más cerca que antes.