Buccaneers le pide a DeSean Jackson que desquite su salario
El recién llegado a Tampa Bay debe cumplir con las expectativas que conlleva su contrato de 33 millones de dólaresLos Eagles le roban la cartera y la Super Bowl a Tom Brady
Siempre que se contrata a alguien, se espera que el empleado rinda al máximo de sus capacidades. En especial si hay millones de dólares involucrados y la posibilidad de llevar a la compañía al siguiente nivel. Se llama profesionalismo.
Cuando el empleado es alguien tan volátil e inconstente como DeSean Jackson, no está de más reiterarle que su salario conlleva enormes expectativas.
A lo largo de sus nueve temporadas en la NFL, Jackson ha sido tan famoso por sus largas recepciones, su velocidad y sus touchdowns, como por desaparecer por prolongados tramos del partido y su falta de concentración.
Pero los Bucs no le ofrecieron un contrato de hasta 33.5 millones de dólares por tres años para tener al medio DeSean Jackson que hemos visto durante gran parte de su trayectoria. El coordinador ofensivo Todd Monken quiere la versión completa, actualizada y mejorada. Solo así se podrán alcanzar sus expectativas e infundir temor en el Sur de la NFC.
“Le dije que le pagamos demasiado dinero para que sea un maldito buen jugador”, reconoció Monken al diario Tampa Bay Times. “No te pagamos tanto dinero, es un contrato en el que te pagamos por lo que has hecho, no es como lo que hicieron con Derek Jeter en los últimos tres años”.
Monken se refiere a que no están pagando por el nombre, están pagando por el jugador. Uno que puede estirar a las defensas y darle a los Bucs una dimensión ofensiva de la que nunca han gozado, prácticamente en toda la historia de la franquicia.
La ofensiva de los Buccaneers puede ser una de las más explosivas, dinámicas y verticales de toda la NFL. Pero eso solo aplica si Jackson juega 60 minutos y no con las intermitencias que ha desplegado. Es el ingrediente faltante, y tal vez uno de los más importantes.
Jameis Winston está por ingresar a su tercera campaña, luego de superar las 4,000 yardas aéreas en cada una de sus primeras dos. Ahora su arsenal está potenciado. Jackson por un lado, Mike Evans por el otro y el espécimen físico del novato tight end O.J. Howard. Eso debería ser suficiente para que los Bucs superen lo hecho en 2016, cuando fueron la ofensiva 18 de la NFL.
Monken sabe de la capacidad atlética y el tipo de jugador que puede ser Jackson por momentos. Pero también sabe de la fragilidad mental y la capacidad de distracción de su nueva adquisición, por eso le pone las cosas en claro desde el comienzo. Desquita tu salario.
“Viniste por el dinero”, dijo tajante. “No me vengas con esa farsa de que estás aquí por Jameis y el clima. No. Viniste porque te ofrecimos más. Necesitamos que juegues como tal”.
Es una apuesta de 33 millones de dólares. Una que, en el mejor de los casos, podría tener a los Bucs de regreso a postemporada por primera vez desde 2007. O, en el peor escenario, mantener a los Bucs hundidos en la mediocridad un año más.
Monken no quiere es claro de lo que quiere de la inversión estrella del equipo: “Necesitamos que seas un gran jugador, ¿OK?”