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WASHINGTON NATIONALS

El soberbio ataque de Nationals no oculta sus carencias

La ofensiva liderada por Bryce Harper y Ryan Zimmerman les ha permitido tener el mejor récord de la Liga Nacional, pero no todo es color de rosa.

Los Washington Nationals harían bien en aprovechar la permanencia de Bryce Harper hasta su llegada a la agencia libre y mejorar el roster.
Patrick SmithAFP

El balance hasta la fecha en la campaña 2017 para los Washington Nationals no puede ser más esperanzador. El conjunto capitalino dirigido por el veterano Dusty Baker disfruta de una soberbia marca de 24-15 en lo que llevamos de temporada, que si lo valoramos en relación con los 162 encuentros que componen el año, nos daría un récord de 99-63 y ese es un registro de muy altos vuelos que suele suponer que esa franquicia tiene los visos de avanzar profundamente en los playoffs.

A no ser que hables de ediciones anteriores de los Nationals, pero no nos adelantemos a los acontecimientos.

Este dinámico ataque cuenta con numerosos candidatos potenciales al MVP en la Liga Nacional. Nos encontramos con un Bryce Harper cuya línea de bateo es la siguiente .376/.491/.744 para un OPS de 1235. Ryan Zimmerman tiene una marca muy parecida con .374/.417/.763 que le proporciona un OPS de 1180. Daniel Murphy, en silencio, ya tiene un OPS de 905, Rendon de 815 y el fichaje en la agencia libre Matt Wieters de .823.

¡Si hasta el veterano Jayson Werth tiene un registro de .904!

Resulta curioso ver al talentoso Trea Turner como la ‘línea más débil’ del club y eso que estamos hablando de alguien que ya ha conseguido 4 home runs, 8 robos de base y un OPS de .713 que va a mejorar muy significativamente según avance el año.

No es extraño ver a estos Nationals como los mejores en hits, carreras, media de bateo y OPS, siendo segundos en home runs.

En definitiva, un tormento para los adversarios y que puede convertirse en el primer ataque desde los Cleveland Indians de 1999 que sumaron un total de 1009 carreras en superar el millar de anotaciones y únicamente el segundo en superar la marca desde el final de la Segunda Guerra Mundial.

Con ese ataque se puede soñar con todo, más si cuentas con Max Scherzer en la cúspide de una rotación excelente que te da una gran actuación prácticamente todos los días.

No obstante, como decía, no todo es color de rosa. Pese a ese formidable ataque, una rotación más que solvente que cuenta con una defensa que no es espectacular, pero que cumple, las expectativas de los Nationals se pueden ver condicionadas por un sospechoso habitual que ha destruido los sueños de otros conjuntos en el pasado, incluidos los propios Nationals.

El bullpen

El conjunto de pitchers relevistas de los capitalinos está dando no pocos sobresaltos a Dusty Baker, que ya ha utilizado hasta a cinco relevistas distintos para encargarse de los ‘honores’ de la última entrada, y sin atisbo de haber encontrado una solución.

Casi se podría estar hablando de un closer por consenso, salvo por el hecho de que no sabemos quién es el cerrador, y que no se ha llegado a un consenso ni por asomo, registrando una efectividad de 5.31, muy por encima del 3.81 de los miembros de la rotación.

De hecho, el club está barajando distintas alternativas y una de ellas es su promesa Erick Fedde reconvertido al bullpen en las Menores con la esperanza de que su combo recta-slider sea la respuesta que andan buscando.

Después del swing y fallo en la offseason con Chapman y Jansen, la pérdida de Melancon dirección a la Bahía, y los esfuerzos infructuosos de hacerse con David Robertson o Alex Colomé, Washington sigue intentando localizar a su hombre, sea de forma interna o bien de puertas para fuera.

Afortunadamente para ellos, la ventaja sobre los Mets, que son la referencia, es de nueve partidos y la división es suya, quedando sólo la incertidumbre del momento en que lograrán el pase automático a los playoffs.

Bien harían en encontrarlo y pronto para no acabar como los proyectos anteriores, que dejaron un sabor agridulce por una ocasión desaprovechada, ya que no sabemos si Bryce Harper seguirá en el D.C. más allá de 2018 y las balas que quedan por disparar.