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Buffalo Bills

Los Bills escogen a su general manager: Sean McDermott

En Buffalo han escogido un modelo diferente al nombrar jefe del departamento deportivo a Brandon Beane, que proviene de los Carolina Panthers.

Los Bills escogen a su general manager: Sean McDermott

Los Buffalo Bills han escogido a su nuevo general manager y este ha resultado ser... Sean McDermott, su entrenador jefe.

Espero que entendáis la broma. El realmente elegido es Brandon Beane, quien llevaba 19 años en los Carolina Panthers, ascendiendo paso a paso en el escalafón hasta llegar a ser, en las últimas dos temporadas, asistente principal de general manager. Por lo tanto, Beane acaba de dar el paso definitivo en su carrera y se ha convertido en el director principal de la faceta deportiva de una franquicia. Así que felicidades.

Lo que pasa es que la sensación es de que seguirá siendo asistente, en este caso de Sean McDermott que, poca duda cabía y ya no queda ninguna, es el verdadero hombre fuerte de la organización de los Bills en lo que al aspecto deportivo se refiere.

McDermott tomó la determinación de aplicar la renovación de Tyrod Taylor, que dependía de la franquicia, tal y como nos han contado los periodistas de Buffalo. Fue el que habló personalmente con Sammy Watkins para explicarle que no iba a ejecutar su quinto año de contrato, labor que en teoría debería ser del general manager. Y tomó todas las decisiones en el fin de semana del draft sabiendo, porque era vox populi, que Doug Whaley, el general manager anterior, sería despedido el lunes junto a todo el equipo de ojeadores.

Además, ha sido el propio McDermott el que ha hecho que Brandon Beane fuese el primer entrevistado por el matrimonio Pegula, dueños de la franquicia, y, a la postre, el vencedor en la carrera por el puesto.

Es por eso que Brandon Beane será un empleado de Sean McDermott. O, como mucho, un socio, un compañero en igualdad de jerarquía.

Es un camino diferente al de estos últimos años en la franquicia, y diferente al común de la liga, pero es cierto que es un camino que se está siguiendo por cada vez más equipos. Este año hemos visto el caso de Kyle Shanahan y John Lynch en San Francisco, que tiene muchas similitudes con este de Buffalo y que viene precedido por un divorcio horrible entre Jim Harbaugh y Trent Baalke en la franquicia de La Bahía, lo que les llevó a esta nueva fórmula.

En los Seattle Seahawks, con Pete Carroll y John Schneider, la situación es similar, y lo mismo se puede decir de los New Orleans Saints con Sean Payton y Mickey Loomis y de los Kansas City Chiefs con Andy Reid y John Dorsey. Fuera de concurso, por supuesto, los New England Patriots de Bill Belichick y Bill Belichick.

El caso más extraño, por heterodoxo, es el de los Cleveland Browns, cuya dirección es bicéfala merced al combo de Sashi Brown y Paul DePodesta, con Hue Jackson teniendo un peso en los despachos que tampoco tienen otros entrenadores.

Los Buffalo Bills hacen bien en fijarse en los Carolina Panthers, de donde han salido McDermott y Beane, pues es una franquicia bien dirigida y bien entrenada desde hace tiempo, pero está por ver si el equilibrio de poder, con mucha mano del entrenador, les funciona. También es cierto que tras 17 años sin entrar en playoffs, la franquicia que más tiempo lleva sin hacerlo de cualquier gran liga estadounidense, cualquier cambio parece poco.

Y, como bien sabéis que es mi equipo, me despido diciendo que es 10 de mayo, que aún no se nos ha lesionado nadie, que no tenemos ninguna derrota en el casillero de la temporada 2017 y que todo me parece estupendo. Todo. Hala, a campeonar.