Cardinals, Jets y 49ers creen en los QBs el año que viene
Los equipos de Arizona, Nueva York y San Francisco son muy conscientes de sus problemas en el puesto de quarterback, pero tienen paciencia.
En esta época de resaca del draft, y que precede al inevitable paso por el desierto que se nos avecina a partir de ya mismo y hasta que sea mitad de julio (madre mía, un abrazo a todos), varias conversaciones sobre el estado de la nación de los quarterbacks se han impuesto sobre otras. En concreto, dos relucen más que el sol. La primera es la de todos los años, y no tiene mayor importancia hasta la llegada de la canícula, versa sobre si tal o cual rookie es muy caro, o barato, y si será capaz de hacerse con la titularidad. Bien. La segunda es cosecha exclusiva de 2017 y habla sobre la tendencia de los quarterbacks veteranos a preferir ser comentaristas de televisión antes que reservas de lujo y mal pagados (para el estándar de la liga y el puesto, no entendáis mal esto) en equipos distintos a los suyos de siempre.
Podemos añadir, como corolario a esta segunda discusión, el hecho de que hay no pocos veteranos, encabezados ahora mismo por Colin Kaepernick, Ryan Fitzpatrick o Robert Griffin III, que no parecen tener llamadas urgentes que atender de equipos NFL y que, de esto poca duda me cabe, acabarán teniéndolas con las primeras lesiones graves de pretemporada.
Pero, más allá de eso, la nada cósmica al respecto. Y es que estamos en un periodo de extraña estabilidad en el puesto y equipos como, por ejemplo, los Denver Broncos parecen satisfechos con su status quo.
Hay, sin embargo, tres equipos que se han mostrado renuentes a aceptar su (mala) situación y que nos indica una tendencia que, en parte, explica porque los veteranos no tienen muchas llamadas y porque no se han vuelto locos en el draft. Se trata de los Arizona Cardinals, los New York Jets y los San Francisco 49ers quienes han optado por esperar y, con ello, han demostrado que lo que de verdad les interesa es el próximo draft y la próxima agencia libre. Y lo más probable es que estén acertados.
Los tres estados de la materia
Cardinals, Jets y 49ers representan los tres estados de la materia del puesto de QB renovable en la NFL. Los de Arizona tienen un veterano que necesita recambio, los de Nueva York son un páramo absoluto y los de San Francisco tienen una pareja fiable que, junta, les permite pensar en mantenerse con dignidad y poco más.
Todos ellos han dejado caer, durante el proceso pre-draft, que podrían escoger a un pasador ya mismo. Los 49ers tenían el #2, así que no necesitaban ningún milagro para hacerse con el que quisieran. Los Jets, con #6, poco menos que lo mismo. Y los Cardinals, en el #13, pudieron moverse si de verdad tenían interés real.
Lo que ha pasado en los tres casos es que han puesto nerviosos a sus rivales para que se movieran en el mercado de las elecciones y gastasen recursos en escoger a Trubisky, Mahomes y Watson. Porque su objetivo es otro.
El año que viene
En efecto: el objetivo es el año que viene.
Todo lo que tiene que ver con el análisis de jugadores del draft es mentira hasta dos meses antes de llevarse a cabo la elección. Por eso echar la vista a los QBs que se elegirán en 2018 es absurdo: no están analizados bajo los criterios de los ojeadores, ergo las proyecciones son mentira. Pero sí que los que seguimos NCAA tenemos la clara sensación de que viene una camada especial, nada que ver con la actual. Los Sam Darnold, Josh Rosen, Josh Allen y compañía son los que levantan a la gente de sus asientos y de los que parecen llamados a sostener franquicias sobre sus hombros.
Pero, además, Kirk Cousins y Jimmy Garoppolo están llamados a ser agentes libres el año que viene. Ambos han estado en el mercado, de aquella manera al menos, y ambos son muy requeridos por las franquicias que requieren los servicios de un QB.
La resultante es que estos tres equipos, en concreto, y muchos otros, estos aún en difuso y dependiendo de la temporada 2017, salivarán ante la opción de hacerse con alguno de ellos y, por eso, el mercado y el draft en el puesto nos ha dejado con la sensación de que algo raro pasa, que hay muchos nombres sin ser escritos en la lista de deseables, y que los puntos suspensivos se han adueñado de algunas franquicias.