Elegir un running back en el top 5 del draft asegura victorias
En el siglo XXI, los equipos que seleccionaron un corredor en la parte alta del draft, como los Jaguars este año, mejoraron de forma notable.
Los Jacksonville Jaguars han cambiado de manera radical desde hace cinco meses. El proyecto que encabezaba Gus Bradley tocó a su fin y, de la misma manera, la apuesta absoluta por Blake Bortles, el QB titular, como gran estrella del equipo y hombre sobre el que sustentar el hipotético triunfo del mañana ha tocado a su fin.
Lo hizo en cuanto se fichó a Doug Marrone como entrenador jefe y a Tom Coughlin en ese puesto de asesor, gestor de la parte footballística de la franquicia, que ejerce por debajo del general manager Dave Caldwell. Los movimientos que se han hecho desde que el nuevo régimen se ha instaurado van encaminados a quitar presión al QB y, siendo malpensados, a convertirle en alguien prescindible a la hora de negociar su próximo contrato, momento que llegaría antes de la temporada 2019.
Esos movimientos fueron gastar mucho dinero en defensa, algo lógico pero que se une a que en 2016 se gastaron otra talegada similar también en esa unidad, por lo que la apuesta se redobla, cambiar a Julius Thomas (TE) por Branden Albert (OT), que indica una apuesta más por la estabilidad y la estructura que por las armas aéreas, y, como remate final, la elección en el draft de otro OT como es Cam Robinson y la gran clave: Leonard Fournette con el #4.
Fournette, un corredor, elegido en el cuatro sólo indica que en esta casa se va a correr. Un montón, además. No se gasta uno una elección tan preciada en un running back sino tiene previsto convertirle en el centro del ataque, y menos aún si lo sumamos a todos los movimientos anteriores que he citado. Línea, carrera, defensa, y que Bortles gestione esto pero que no sea el punto central del equipo.
Nadie podrá negarles a Coughlin y Marrone que el movimiento tiene lógica. El quarterback ha sido errático, siendo generoso en el calificativo, y no se ha conseguido sacar a los Jaguars del pozo de la parte baja de la clasificación por más que Allen Robinson y Allen Hurns se hayan convertido en una estupenda pareja de receptores.
Y menos aún si tenemos en cuenta una estadística que dice que los equipos que eligen a un corredor en el top cinco del draft mejoran de forma instantánea el año siguiente. Tanto como que en este siglo todos lo que lo han hecho han ganado, de media, 4,8 partidos más que la campaña anterior. Lo cual es una salvajada y es la única posición en el campo que puede presumir de tantísima diferencia.
La lista de running backs elegidos en ese top cinco desde el año 2000, no obstante, tiene de todo, grandes estrellas y grandes pufos: Jamal Lewis (BAL, 2000), LaDainian Tomlinson (LAC, 2001), Ronnie Brown (MIA, 2005), Cedric Benson (CHI, 2005), Cadillac Williams (TB, 2005), Reggie Bush (NO, 2006), Darren McFadden (OAK, 2008), Trent Richardson (CLE, 2012) y Zeke Elliott (DAL, 2016).