A los Astros se les está poniendo muy buena cara
Después de tres semanas de competición los de Houston son uno de los equipos más completos y que mejor está respondiendo.
Los inicios de temporada siempre son algo caóticos. Parecen el mundo al revés. Los favoritos no encuentran la tecla y aparecen en las últimas posiciones mientras que equipos destinados al fracaso consiguen enganchar una buena racha y les dan a sus aficionados una pequeña alegría.
En este inició de la MLB estamos viendo como Rockies y D-Backs se revelan contra los Dodgers, como Twins y Reds les plantan cara a los dos finalistas de las pasadas World Series y como unos jovencísimos Yankees hacen que los aficionados del Bronx vuelvan a sacar pecho. De entre los favoritos solo Nationals y Astros están cumpliendo con las expectativas. Lo de los capitalinos se debe en gran medida a un Harper superlativo. Lo de los de Houston no se circunscribe a un solo jugador, sino a todo un equipo que cada vez tiene mejor pinta.
En 2015 los Astros irrumpieron en la liga cuando aún no se contaba con ellos. Se sabía que tenían una hornada de jugadores jóvenes, pero su consagración no se esperaba tan pronto. Después de caer a manos de los Royals, futuros campeones, se postulaban como uno de los grandes favoritos para el 2016. Las cosas no salieron como se esperaba. Ni siquiera entraron en playoffs.
Este pasado invierno Jeff Luhnow, cerebro de la franquicia, decidió reforzar el roster con dos veteranos ilustres y con carácter. McCann y Beltrán llegaron para reforzar una plantilla de calidad probada pero que quizás estaba algo verde. Al mismo tiempo se hizo con los servicios de dos bateadores establecidos como Reddick y Aoki.
Con estas incorporaciones el ataque de los Astros pasaba de ser uno de los que más se ha ponchado en los últimos años a ser, sobre el papel, uno de los que más contacto va a tener en las Grandes Ligas. De momento estamos viendo resultados. Un equipo que había estado entre los peores de la competición en contacto dentro de la zona y en swings fallados aparece de momento en el Top 10 en ambas categorías. Esta buena disciplina se traduce en que los Astros tienen un gran promedio de bateo y un gran porcentaje de embasado (.272 y .340 respectivamente a 1 de mayo).
¡Y todo esto con Correa bateando solo para .233!
Las otras dos piezas angulares de Houston están siendo la parte alta de la rotación y el bullpen. Keuchel y McCullers trasmiten muchísima seguridad en sus aperturas. El primero parece que ha dejado atrás los problemas que le acompañaron durante el 2016 y vuelve al nivel que le valió para ser Cy Young en 2015. Como escudero de lujo cuenta con un joven Lance McCullers. El diestro de 23 años posee uno de los lanzamientos más alucinantes de la MLB. Una curva de 85 millas que a día de hoy es uno de los mayores retos a los que se puede enfrentar un bateador.
Los otros tres puestos de la rotación no ofrecen tantas garantías. De momento están ocupados por Morton y Fiers, dos veteranos pocos ilusionantes que nunca han lanzado más de 200 entradas por temporada, y por Musgrove, una decepcionantes primera ronda del draft. No obstante, muchos ven a los Astros como uno de los equipos que va a pujar duro por un abridor durante el verano.
El bullpen es lo que tiene una pinta maravillosa y puede ser un arma letal si los de Texas juegan en octubre. Los relevistas de los Astros promedian un ERA de 2.91 y eso que sus dos brazos principales, Gregerson y Giles, están teniendo un inicio de temporada algo dubitativo. La clave del éxito radica en otros tres nombres: Brad Peacock, Will Harris y sobre todo Chris Devenski, uno de los pitchers en mejor forma de la competición. Entre los tres han lanzado 38 entradas (casi el 50% de las pitcheadas por relevistas de Houston) con 1.56 de ERA y un ratio de K/9 de 13.00 (datos a 1 de abril). Podemos afirmar sin miedo que el bullpen de los Astros tiene los mimbres para convertirse en una de las mejores unidades de la MLB.
Es pronto para aventurar nada. Lo que en abril son risas pueden convertirse en lágrimas en septiembre. Pero lo cierto es que una división que parecía muy abierta va ser de los Astros salvo sorpresa mayúscula. Tienen pitcheo, tienen ataque y tienen la capacidad de reforzar algún punto débil con en el que se encuentren a lo largo de la temporada.
Una portada de Sports Ilustrated “vaticinó” en junio del 2014 que los Astros serían campeones en 2017.
De momento van por el buen camino.