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BOXEO

Joshua-Wladimir Klitschko, ante 90.000 aficionados en Wembley

El ucraniano, de 41 años, quiere recuperar su trono de los pesados frente al inglés, de 27 e invicto en 18 combates. Wembley se llenará.
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Anthony Joshua junto a Wladimir Klitschko en la hierba de Wembley, lugar de la pelea.
DANIEL LEAL-OLIVASAFP

El sonido de los golpes de dos acorazados, de las pisadas de dos moles de músculos de más de cien kilos sobre la lona del ring y el rugido de 90.000 espectadores harán retumbar hoy (hacia las 23:00, sin televisión en España) los cimientos de Wembley. Es la magia, el poder de atracción, de los pesos pesados.

Anthony Joshua pone en juego sus cinturones de campeón de la Asociación (AMB) y la Federación Mundial (FIB) ante Wladimir Klitschko. El inglés de 27 años ha disputado sólo 18 combates, todos resueltos por KO, y es el poseedor actual de la faja de la FIB. Choca contra el veterano ucraniano, de 41 y con una trayectoria apabullante: 64 victorias (53 antes del límite) y cuatro derrotas. El futuro contra el presente. ¿O ya es pasado el ucraniano?

Hueco. El menor de los Klitschko lleva 17 meses sin boxear, desde que Tyson Fury acabara con su reinado de una década. La revancha con el irreverente Gipsy King se aplazó en dos ocasiones. Detrás se escondía un positivo por cocaína del inglés. Y entre tanto, Joshua se hizo un hueco conquistando uno de los cetros mundiales. Hijo de emigrantes nigerianos, de 1,98 metros y 113 kg en la báscula, fue campeón olímpico en Londres 2012 y es ya una celebridad en las islas, donde se le considera heredero de Sir Henry Cooper (aunque nunca tuvo el título), Frank Bruno o Lennox Lewis. Una fuerza de la naturaleza que presume de haber bajado de 11 segundos en 100 metros y que luce una envergadura de 2,08 m.

Al reclamo de la novedad y la mística del ucraniano, el Martillo de Acero que picando con su jab de zurda ha destrozado todo lo que se le puso por delante, el avispado promotor Eddie Hearn (Matchroom) se atrevió a programar el combate en el nuevo Wembley. El santuario del fútbol acogerá por segunda vez una velada de boxeo, tras el Carl Froch-George Groves del supermedio que reunió a 80.000 personas, y las entradas volaron. En menos de dos horas se agotaron las 50.000 que salieron en diciembre. Y en el mismo intervalo, otras 40.000 después, con precios entre los 47 y los 2.370 euros.

Récord. Las 90.000 personas igualarán el récord en Gran Bretaña, que tienen desde 1993 Len Harvey y Jock McAvoy en el desaparecido White City Stadium de Londres.

“Probablemente, Klitschko comience rápido porque no podrá mantener el ritmo. El tiempo no perdona, tampoco a él”, predice Joshua. Mientras, Klitschko ha entrenado estos días con una camiseta con el hashtag #obsessed. Es una obsesión para él recuperar la hegemonía de la categoría y poder cerrar, cuando quiera y en todo lo alto, una carrera que comenzó hace ya 21 años.

“La derrota ante Fury me hizo despertar”, recuerda Klitschko, que ha participado en 27 combates por títulos mundiales por sólo dos de su rival. “Después de tantos años, no estaba motivado, y ahora vuelvo a sentir la adrenalina por las venas. Es bonito volver a ser el aspirante”, apunta.

El hiperbólico mundo del boxeo vuelve a poner sobre un ring, esta vez sobre el césped de Wembley y ante 90.000 personas, todos los ingredientes. Sólo falta agitarlos.