Ricardinho guía a un Movistar épico a la final europea
Tremendo partido de los madrileños (2-3) en casa del Kairat de Higuita. Ortiz marcó a 1:18 el gol que silenció a más 10.000 espectadores. El domingo, ante el Sporting.
El Movistar Inter jugará ante el Sporting (domingo, 15:30, Eurosport2) la final de la UEFA Cup después de vencer en un encuentro antológico al Kairat kazajo (2-3), el anfitrión de la Final Four de Almaty. Un gol de Ortiz a falta de 1:18 para el final desequilibró un duelo trepidante, de un nivel altísimo, de esos encuentros que se recordarán por mucho tiempo. Ni el entramado táctico de Cacau, técnico local, ni el peligro de Higuita, ni las más de 10.000 gargantas que abarrotaban el Almaty Arena... frenaron a los españoles, donde Ricardinho volvió a ser la estrella que más brilló, pero donde el trabajo de cada uno de los jugadores fue esencial para acabar logrando el pase.
El partido se presentaba como un duelo entre las estrellas de ambos equipos. Y no tardaron en aparecer. Ricardinho disparó al poste en la primera jugada de peligro del Movistar. Higuita tardó en hacer la primera de sus temidas subidas al ataque, pero fue clave. Amagó el disparo, que cerró Rivillos, y eso lo aprovechó para abrir a la banda, donde Cabreuva batía por bajo a Herrero (1-0). El meta kazajo-brasileño aún tuvo algunas apariciones más con intención porque no se cortaba… ¡disparaba con peligro desde su propio campo!
El Movistar parecía bloqueado, necesitaba un chispazo, y Ricardinho volvió a aparecer para hacer una jugada de ensueño en la que rompía a toda la defensa y batía por alto a Higuita para empatar. Otro golazo más para su colección, esas que abarrotan YouTube.
El partido vivía un ritmo trepidante y un nivel de juego altísimo. Fruto de ello, los errores se pagaban, y así se pasó de una buena jugada del Movistar al 2-1 del Kairat, que robaba un balón a Borja e Igor lo convertía.
El descanso pareció sentarle bien al equipo español, que arrancó con una clarísima ocasión de Rafael que desbarataba Higuita en dos ocasiones. El Almaty Arena, con más de 10.000 espectadores volcados con el Kairat, coreaba el nombre de su ídolo. ¡Qué partido!
¡Y aún se puso mejor! Un penalti claro por agarrón a Rafael lo convertía con seguridad Ricardinho ante la estrella de los locales. Quedaba casi toda la segunda parte y todo volvía a comenzar de cero, pero con los dos conjuntos en caliente, al 200%, conscientes de que el mínimo detalle rompería la igualdad.
Y así fue. De estrategia. En un córner que Ricardinho sacó para que Ortiz, que a punto estuvo de no jugar y completó un partido tremendo, logara meter en la portería, a falta de 1:18, un balón que rebotó en la cabeza de Higuita antes de entrar. Fortuna... pero que hizo justicia a un equipo que luchará por su cuarto título continental.