La memoria de Los Ángeles Dodgers
Pocos, por no decir nadie, pueden contar la historia de los Dodgers como el venerable Irving Piken, que lleva desde los 8 años siguiendo este deporte.
El primer recuerdo del pasatiempo nacional que tiene Irving Piken es de un partido que, cuando él tenía ocho años, los Pirates jugaron en Brooklyn y que los de Pittsburgh perdieron por 6 carreras a 5. Ese partido, jugado un 22 de agosto, tiene dos peculiaridades. Una es que fueron necesarias 22 entradas para decidir el ganador del choque. Otra es que se disputó hace cien años.
En 1917 los Dodgers ni siquiera tenían ese nombre, ya que eran los Brooklyn Robins. Jugaban en el mítico Ebbets Field y Piken recuerda que, en una época en la que apenas había radio y mucho menos televisión, se estuvo hablando de ese partido más de un mes.
Irving Piken nació el 20 de octubre de 1908 en Brooklyn, no lejos de Ebbets Field, bajo la presidencia de Theodore Roosevelt y sólo un par de meses después del título de los Cubs. Creció en el barrio como un verdadero Dodger y se graduó en la escuela de derecho de Brooklyn. En 1930 llegó a vicepresidente del Bank of North America. A mediados de los ochenta, se trasladó a Laguna Woods, California; curiosamente el mismo camino que un par de décadas antes realizaron sus amados Dodgers.
Aunque su memoria ya no es lo que era, no en vano es el decimocuarto hombre más longevo de Estados Unidos con 108 años, se le ilumina la cara cuando recuerda la brillantez y precisión de Sandy Koufax o el dominio del outfield de Pete Reiser. Vio jugar a Babe Ruth, del que comenta que era un poco arrogante sobre su capacidad para lograr home runs, pero su favorito siempre ha sido Jackie Robinson.
Piken revive con emoción las burlas y gestos que el número 42 realizaba delante de los pitchers, su rapidez para esquivar algún bolazo y, sobre todo, la manera en la que Robinson bailaba sobre la tercera base con la intención de robar el plate. Como no sólo del pasado vive el aficionado, ahora se rinde al talento de Clayton Kershaw.
Reconoce que cuando los Dodgers cambiaron Los Ángeles por Nueva York se quedó bastante fastidiado, porque las visitas a Ebbets Field se terminaron pero que ahora, visto en perspectiva, fue todo un acierto.
A día de hoy, cuatro generaciones de Piken acuden al Dodger Stadium a animar a su equipo. Desde la franquicia, han querido homenajear a su, sin lugar a dudas, más antiguo seguidor y le han regalado una camiseta personalizada y la posibilidad de conocer a algunas estrellas de los Dodgers y a Vin Scully. La leyenda de las retransmisiones de los Dodgers, no habituado a hablar con gente casi veinte años mayor que él, mantuvo una interesante charla con Piken que, para los que estuvieron presentes, fue como un viaje en el tiempo.
Con sus audífonos especiales para escuchar las retransmisiones por televisión, Piken, junto al resto de su familia, está preparado para disfrutar de otra temporada de sus amados Dodgers.