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Desde el bullpen

Matt Harvey: El mejor fichaje para 2017 de los New York Mets

El retorno del pitcher Matt Harvey es una gran noticia para las aspiraciones de los Metropolitanos de cara a la temporada de las Grandes Ligas de béisbol.

Matt Harvey: El mejor fichaje para 2017 de los New York Mets

La temporada pasada, en un día tan señalado como es el 4 de julio, Matt Harvey abandonaba el montículo cariacontecido y con el hombro cubierto por una toalla. Su rendimiento estaba siendo muy alejado de lo esperado y el público, con sus abucheos, así se lo hizo saber. Pero acorde al principio de causa y efecto, no era normal que a un jugador del nivel de Harvey se le secara el talento de la noche a la mañana.

Los facultativos se pusieron manos a la obra y descubrieron que Harvey sufría un síndrome en la caja torácica que provocaba que dos nervios rozaran con el resultado de entumecimiento de la mano. Ese mismo mes de julio, el pitcher de los Mets se sometió a una cirugía que consistió en quitarle una costilla y fue baja toda la temporada.

Incertidumbre 

Las dudas sobre el otrora pitcher número uno de la franquicia de Queens no hicieron otra cosa que aumentar debido a la discreta actuación de Harvey en el Spring Training. Además de todo lo anterior, había que añadir su nuevo rol en la plantilla. Ahora, la posición de pitcher número uno es ocupada por Noah Syndergaard. Incluso el número dos, que sería primero en casi cualquier otro equipo, es Jacob deGrom.

Pero hay algo en Harvey que hace que los que lo conocen bien confiaran plenamente en él. Quizá sea su nueva situación en la rotación, que le permite estar relajado e incluso cuentan que le han visto sonreír. Quizá sea que todo el tiempo que ha estado ausente le ha permitido reflexionar acerca de que fue un error asumir el apelativo de ‘El caballero oscuro’, ya que las personas no son personajes de comic.

Debut en 2017 

Con este panorama se presentó Harvey en la loma del Citi Field para enfrentarse a los Braves. Como el día era especial ni la lluvia quiso perdérselo e hizo acto de presencia retrasando unas horas el partido.

El Harvey que vieron los bateadores del equipo de Atlanta poco tenía que ver al que recordaban de otras temporadas. Más delgado y compacto, con la cara menos hinchada y transmitiendo la sensación de liberación, Harvey realizó 77 lanzamientos, logrando strikes en el 66% de ellos, en 6 entradas y dos tercios, permitiendo tres hits y dos carreras. Llegó a lanzar a 95 millas por hora, lo que hace pensar que con el calor de julio puede llegar a las 98 que alcanzaba antes de la lesión. Cuando fue sustituido, el público lo despidió puesto en pie y dedicándole una ovación que se escuchó en todo el barrio de Queens.

La recuperación de Harvey es una gran noticia para las aspiraciones de los Mets de llegar, como en 2015, a disputar el Clásico de otoño. Si el pitcher quiere completar el trabajo que dejó inacabado hace dos temporadas, debe asumir sólo las responsabilidades que le corresponden y ser el Joker en vez de Batman, la peor pesadilla de sus rivales.