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Atlanta Falcons

Dan Quinn cree que el anillo en Atlanta pasa por la defensa

El entrenador de los Falcons sabe que tiene un ataque élite y que sus opciones de ganar la Super Bowl aumentarán siempre y cuando mejore el resto.

Dan Quinn cree que el anillo en Atlanta pasa por la defensa

En vísperas de la Super Bowl LI un hombre era la imagen del éxito de los Atlanta Falcons: Kyle Shanahan. El coordinador ofensivo del equipo que iba a disputar la gran final frente a los New England Patriots se llevaba todos los piropos. Encontraréis pocos ejemplos de un coordinador capaz de oscurecer a su jefe, el entrenador Dan Quinn, y menos aún de un ayudante capaz de ser más renombrado y agasajado que el quarterback titular del equipo y MVP de la temporada, Matt Ryan, o del mejor receptor de la liga, Julio Jones. Pero así era.

No sólo se llevaba los mayores piropos y los grandes artículos resumen de la temporada, sino que estaba en las noticias de forma continua porque no paraban de salir rumores, nada sutiles, nada escondidos, sobre que iba a ser el próximo entrenador de los San Francisco 49ers.

Todos sabemos lo que pasó después. Un partido histórico que no se olvidará jamás en la NFL. Atlanta llegó a ponerse 28-3 en el encuentro y los Patriots remontaron para ganar 28-34 en la prórroga. Shanahan, en efecto, se marchó a San Francisco y el telón del silencio cayó sobre los perdedores. Si de algo se hablaba de ellos era para señalar que esa máquina ofensiva tan bien engrasada, ese vendaval que competía con los Saint Louis Rams de finales de siglo XX ('The Greatest Show on Turf') por ser el ataque más espectacular y brillante de los tiempos modernos, se podría venir abajo con la marcha de su arquitecto.

Y, sin embargo, Dan Quinn permanecía impasible. Tranquilo. Casi hasta relajado. Algo no cuadraba. Como si supiese algo que a los demás se nos escapaba.

Al anillo por la defensa

Veamos los tres grandes movimientos de la agencia libre en el equipo: renovar a Desmond Trufant con dinero de cornerback élite, fichar al nose tackle Dontari Poe, perder al full back Patrick DiMarco. Indican, sin ninguna duda, cual es la unidad en la que van a poner toda la carne en el asador este año: la defensa.

Observemos los dos últimos drafts del conjunto, esos en los que Dan Quinn ha sido el entrenador: Keanu Neal (SS), Deion Jones (LB), Vic Beasley (OLB), Jalen Collins (CB) son las cuatro primeras elecciones. ¿Se va notando la tendencia?

Quinn llegó a Atlanta tras ser coordinador defensivo de los Seattle Seahawks y allí fue parte de la construcción de una unidad dominante que les llevó a dos Super Bowls, ganando una. El entrenador tiene muy claro, mucho, que la piedra angular que le llevará a pelear una cuarta vez en el partido final de la temporada será mejorar esa unidad de los Falcons para que sea élite.

Su trabajo, por cierto, en la segunda mitad de la temporada pasada es de los que le da la razón sin asteriscos. El ataque de los Falcons fue soberbio de principio a fin. Nadie le está quitando mérito a Kyle Shanahan. Todo lo contrario. Su fascinante uso de los sistemas con dos running backs, el doble tight end, el full back, la expansión del campo con sus receptores, la casi mágica propiedad de dejar siempre un emparejamiento muy favorable en el campo y que Matt Ryan estuviese instruido para explotarlo sin cesar fue la gran clave de lo que vimos la temporada pasada en Atlanta.

Pero el progresivo aumento de la intensidad, y la inteligencia, defensiva fue el empujón final que les llevó a la Super Bowl. Desde la jornada 10 pasaron de encajar 28 puntos por partido a 20 y en playoff fueron capaces de maniatar, desde una defensa agresiva, a los Seattle Seahawks y los Green Bay Packers casi por completo, haciendo de esos ataques, muy poderosos, una caricatura.

En la Super Bowl se quedaron sin gas, es cierto, pero durante tres cuartos y medio metieron en una serie de problemas inéditos para el ataque de los New England Patriots.

Lo hicieron basándose en una serie de jugadores jóvenes que no pueden sino ir mejorando. Y sin Trufant, por cierto, lesionado antes de la parte crucial de la campaña. Lo hicieron asentados en los fundamentos de la Cover 3 de Quinn y en una intensidad y una agresividad que llama la atención si la comparamos con otros equipos escorados hacia el ataque en esta liga. Porque resulta que los Falcons son, han de ser, también una gloria en defensa.

Dan Quinn está tranquilo. Va a perder en ataque. Estoy seguro de eso porque sé que el diseñador principal, Shanahan, se ha ido y esa baja la van a notar mucho. Pero está convencido de que su defensa va hacia arriba y que lo que aporte hará más fácil la vida a su flamante ataque. No me extrañaría nada que en el draft metiese aún más juventud y más talento en esa unidad, su unidad, porque está convencido que el anillo caerá por la defensa.