Urquiaga: “Mireia aguanta como un caballo de carreras”
Mireia prepara el Mundial de Budapest con una concentración en Sierra Nevada antes del Open de Pontevedra de abril. Una parte de su trabajo es el boxeo.
Frank La Ley Urquiaga acudió una mañana cualquiera al CAR de Sant Cugat a impartir una clase de boxeo a las chicas del equipo de natación sincronizada. Sin saberlo, Fred Vergnoux, el técnico de Mireia Belmonte y entrenador jefe de la RFEN, estaba espiando y se le encendió una bombilla. “¿Por qué no incorporar este deporte al entrenamiento de un nadador?”, pensó. En días, Urquiaga ya formaba parte del equipo de trabajo del francés.
“El boxeo es un deporte que recoge muchos aspectos que cualquier deportista necesita, ya sea la velocidad de movimientos o de reacción, la coordinación, la psicología, la lucha, entrega, no dejarte vencer, estar cansado y seguir... Si no das, te están dando”, explica a este diario Urquiaga, que destaca las virtudes que han convertido a Mireia en una de las deportistas españolas más laureadas de la historia.
“Lo que más resalta en ella es su actitud en el entrenamiento. Le pones un trabajo que puede resultar monótono y duro, y se le ve una entrega superior a muchos chicos. Tiene atención, disciplina y es consciente de que forma parte de su trabajo. Se entrega al máximo”, la elogia el boxeador, quien advierte que “la resistencia de Mireia es la de un caballo de carreras. A veces les pongo a hacer unos ejercicios conmigo y les exijo el máximo, y Mireia siempre puede seguir, no se rinde...”.
Urquiaga realiza dos sesiones de una hora y media a la semana. Uno de los aspectos importantes es la fuerza que adquieren los brazos. “El movimiento cuando se nada es una rotación interna, una especie de impulso hacia adelante del brazo, y prácticamente es el mismo que se emplea al golpear. Le añadimos además la resistencia del guante”.
El boxeo forma parte desde 2015 del entrenamiento de la nadadora de la UCAM, que está estos días en Sierra Nevada preparando el Open de Pontevedra de abril (del 8 al 12), donde se obtendrán las mínimas para el Mundial de Budapest. Esta tres semanas deben ser “el cambio de chip” en el entrenamiento de Mireia, que aspira este julio a conseguir la medalla que le falta: el oro en los Mundiales de piscina de 50 metros en sus 200 mariposa.
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