Deportistas en la ruina
Mientras que están en la élite, los deportistas tienen suculentos ingresos, pero tras la retirada, son muchos los casos de despilfarro y penurias por sobrevivir.
Un deportista de élite inicia su carrera en una situación privilegiada, pero precedentes en el mundo del espectáculo demuestran que no es algo que garantice la estabilidad económica ni la buena fortuna. Uno de los primeros y más llamativos casos del fútbol nacional fue el de Eulogio Martínez, delantero hispanoparaguayo que formó parte del mítico ataque blaugrana de 1957, junto a Evaristo, Tejada, Kubala, Kocsis, Luis Suárez, Villaverde, Czibor y Rivelles.
En 1965, Coquito (así le llamaban sus más cercanos) jugó media temporada en el Esportiu Europa, entonces en Segunda, y colgó las botas. En 1971, una serie de malas inversiones y desgracias familiares le dejaron en la ruina y, sólo seis años después de su retirada, sus viejas amistades del fútbol tuvieron que rescatarle organizando un partido benéfico cuya recaudación fue en su totalidad para la familia Martínez. Lo recaudado le sirvió al clan para seguir adelante con un modesto nivel de vida, aunque en 1984 Eulogio murió de forma trágica, siendo arrollado por otro vehículo en plena carretera, mientras cambiaba la rueda de su coche. Después de 23 días en coma, falleció el 30 de septiembre.
Por desgracia, décadas después, los casos como el de Martínez son ya muy comunes. Con el crecimiento del negocio del fútbol, han aumentado los salarios y los montantes de los traspasos, pero paradójicamente, también lo han hecho los casos de deportistas caídos en la desgracia. Mark Sands, el mayor especialista en casos de insolvencia del Reino Unido, advierte de que la tendencia sólo va a seguir aumentando: “Los casos más comunes son el del deportista que no ha sabido ajustar su nivel de vida en los últimos años de su carrera”. Pero el jefe del sector de casos de bancarrota de la empresa de abogados RSM Tenon también especifica que se trata a menudo de algo más complejo que eso: “Muchas veces se trata de inversiones fallidas. Por ejemplo, muchos futbolistas han invertido en el sector del cine como forma de evitar impuestos legalmente y casi nunca salen ganando”.
Lee Hendrie, de 34 años, es uno de los clientes más recientes de RSM Tenon. El exinternacional de Inglaterra y mito para la afición del Aston Villa llegó a ganar 31.000 euros por semana en el mejor contrato de su carrera (1,6 millones anuales). Ahora, tras cumplir un periplo en el fútbol indonesio, le debe al fisco inglés 255.000 euros. ¿Por qué? Porque Hendrie, como muchos deportistas de la actualidad, fue mal asesorado y se le indicó hacer una maniobra para evitar impuestos que al final fue rechazada por el Gobierno inglés. Para pagar dicha deuda, Hendrie puso en el mercado su mansión valorada en 2.170.000 euros. El problema resultó ser que la hipoteca superaba el valor real de la casa. Tras un periplo en el fútbol indonesio, ahora pertenece al Kidderminster Harriers de la Conference National (quinta división inglesa) y su futuro es más incierto que nunca.
Otras bancarrotas de alto perfil de los últimos años han sido las de John Arne Riise, exestrella noruega del Liverpool; Brad Friedel, exmeta del Tottenham; Keith Gillespie, exestrella del Manchester; y John Barnes, mito viviente del Liverpool. RSM Tenon, en se ha encargado de los casos de Celestine Babayaro, ex del Newcastle, que llegó a cobrar 1.650.000 euros anuales, el ex del Manchester Eric Djemba-Djemba y el jamaicano Jason Euell que obtuvo más de 7,6 millones de euros a lo largo de su carrera, pero perdió todo por una inversión en el sector inmobiliario.
Según una investigación de la auditora Deloitte, los ingresos anuales de la 2011-2012 en la Premier alcanzaron por primera vez la marca de 2.500 millones de euros. También destacó que el nivel salarial subió un cinco por ciento respecto a la campaña anterior y que los veinte clubes habían pagado un total de 1.785 millones de euros a sus jugadores.
La ruina económica de los deportistas no se limita sólo al fútbol y sucede en todas las disciplinas deportivas. Sports Illustrated publicó unos datos alarmantes sobre dos de las tres ligas más populares de Estados Unidos. Según la prestigiosa revista, el 78 por ciento de los jugadores de la NFL se quedan sin fondos sólo dos años después de retirarse. En cuanto a la NBA, un 60 por ciento de los retirados se quedan en la quiebra sólo cinco años después de su adiós.
Compass Management, una agencia de representación deportiva estadounidense, publicó una guía a seguir para que sus clientes sepan dónde pueden ahorrar. Dentro del manual publicado, se encuentran varios límites de gasto y pasos a seguir para asegurarse un futuro próspero: “No gastarse más de 7.500 euros en ropa por año, limitar los regalos en 9.000 euros, ni usar más de 27.000 euros anuales en ayudas a familiares...”. Daniel Sillman, cofundador de Compass Management, asegura que, siguiendo esta guía, sus clientes no gastan más de 550.000 euros al año y logran ahorrar hasta dos millones por año: “No viven como reyes, pero para satisfacer su lado de extravagancia, aconsejamos al cliente que, en vez de dejarse cientos de miles en un Porsche, que le haga publicidad a la marca en una entrevista y consiga uno gratis. ¿Que quieren el Rolex más caro del mundo? Hablamos con la marca para que se lo regale con la condición de ponérselo en diez ruedas de prensa distintas”.
Otro aspecto en el que Compass Management pone hincapié es la actividad del jugador en el mercado inmobiliario: “Nuestros clientes tienen prohibido comprarse una casa. Sólo les dejamos alquilar. Igual, con los 3.000 euros por mes que pueden gastarse en alquiler, viven de una manera que muchos envidiarían. ¿Por qué ponemos este límite? Porque sólo así podrán afrontar su jubilación con varios millones ahorrados en el banco y es entonces cuando la hora de comprarse una mansión habrá llegado”.
A los mitos del boxeo Mike Tyson y Evander Hollyfield seguramente les hubiese gustado seguir las indicaciones de la empresa de representación. El primero se encuentra actualmente luchando para mantenerse a flote y bien debe arrepentirse de sus varias extravagancias, como gastarse 8.000 euros semanales durante muchos años para dar de comer a sus dos tigres de Bengala. Hollyfield, que ganó más de 200 millones de euros a lo largo de su carrera, se declaró en bancarrota alegando que ni siquiera podía permitirse pagar los cuotas de mantenimiento de sus once hijos con numerosas madres diferentes.
Y es que, pese a la incontrolable tendencia y aumento de casos de insolvencia en el deporte, la moraleja en la época de Eulogio Martínez hasta la actualidad sigue siendo la misma: el dinero, y más aún en grandes cantidades, puede traer grandes problemas. El rapero neoyorquino Notorious BIG ya lo venía avisando con su tema del final del siglo XX, Mo’ Money Mo’ Problems (más dinero, más problemas).