Queralt Castellet se saca la espina: avanza en big air
La rider de Sabadell fue quinta en su manga (78.66) y este viernes luchará por una de las dos plazas que quedan para la final. Es la última opción de medalla.
Un sólo salto, muy volador y de planchado (aterrizaje) perfecto, le valió a Queralt Castellet para sacarse parte de la espina que se clavó en estos Mundiales de Sierra Nevada. Dolorida por una fuerte caída, fue eliminada hace una semana en halfpipe, su especialidad, en el que defendía la plata (“Tengo mucha rabia”, decía)... Y se resarció en big air, disciplina nueva para ella, donde con el truco back side 7 mellon pasó a las semifinales de este viernes (13:00).
“Hice muy buen trabajo en los entrenos y lo plasmé, aunque en el segundo intento caí y me retorcí la espalda”, contó Queralt, muy mejorada de sus problemas físicos, que se enfrenta a cinco riders más. Las dos mejores disputarán la final de seis (ya hay cuatro clasificadas), programada a las 19:30 horas.
“Voy a por todas”, comentó convencida la rider de Sabadell, de 27 años, que ve los primeros frutos de su experiencia con el big air: “Hacer las tres disciplinas (también compite en slopestyle) provoca que conozca mejor la montaña”. Gran culpa la tiene el prestigioso Ben Bright, su técnico neozelandés, hermano y entrenador de la histórica Torah Bright (oro y plata olímpica), que ha cambiado el chip a Queralt “a nivel físico y emocional”.
Bright, que fue snowboarder de élite y ha participado en rescates, explicó a AS que considera a Castellet “una rider única”: “Debe creer en sí misma, porque todavía tiene mucho que aprender a nivel de técnica, de trucos, de maniobras. Eso es lo más emocionante, ya que puede llegar a dominar la competición. La clave está en que se quiera a sí misma, que tenga clara su mente”.
Y en ese camino, Bright le ha abierto otras puertas más allá del pipe, en el que estaba centrada exclusivamente hasta hace poco: “Compaginar todos los aspectos del snowboard te lleva a un mayor nivel de comprensión del deporte, y eso es muy bueno en la búsqueda del más alto nivel posible, que es lo que quiere alcanzar. Además, si hace más pruebas en los Juegos, dispondrá de más cuota de tele y será más conocida”.
Queralt ha tenido que hacer frente a la pérdida de su pareja y entrenador, Ben Jolly, en 2015, algo que le convirtió en un ejemplo de lucha: “Estuve medio año sin coger la tabla, hasta que logré entenderlo todo”. Ahora, bajo los consejos de Bright, está de nuevo con ganas. Aunque el neozelandés no le quiere meter presión en Sierra Nevada: “La pérdida de su compañero hizo que su preparación se atrasara. Además, viene de una caída y no tiene experiencia en big air”. Pero está en semifinales, en la pista de Neveros y con el público granadino que quiere verle volar y... planchar su salto.