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Washington Redskins

Los Redskins retienen a Kirk Cousins mirando a los 49ers

Pocas horas antes de ser designado jugador franquicia por los Redskins, Kirk Cousins redujo aún más las posibilidades de negociar al afirmar que solo iría a los 49ers.

LANDOVER, MD - SEPTEMBER 12: Quarterback Kirk Cousins #8 of the Washington Redskins passes against the Pittsburgh Steelers in the second quarter at FedExField on September 12, 2016 in Landover, Maryland.   Patrick Smith/Getty Images/AFP
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Patrick SmithAFP

Una de las noticias más esperadas de la semana ya se ha consumado. Los Washington Redskins han etiquetado a Kirk Cousins, su quarterback, como jugador franquicia exclusivo. Lo curioso es que no hay mucha gente que crea que el jugador vaya a vestir en 2017 los colores del equipo capitalino. Sobre todo porque pocas horas antes de recibir el tag, Cousins ya había asegurado que una vez firmado el contrato de un año con los Redskins, no aceptaría un intercambio con ningún equipo que no fueran los San Francisco 49ers.

Por ahora, y a expensas de acontecimientos, el jugador tiene garantizados 24 millones de dólares en 2017; que sumados a los 20 millones que recibió en 2016 le convierten en uno de los jugadores mejor pagados en la NFL en los últimos dos años.

Muchos se preguntan cuál fue el momento en que se complicaron tanto las relaciones entre los Washington Redskins y Kirk Cousins, su quarterback. Sin duda, fue hace ahora un año, cuando el equipo le ofreció un contrato de 12 millones al año, con muy poquito dinero garantizado. Él vio la oferta como un insulto, y más viendo los contratos que estaban firmando otros jugadores peores que él. Véanse por ejemplo los 72 millones en cuatro años con 37 garantizados que consiguió Brock Osweiler con los Texans. Y lo peor es que en ese momento Cousins quería jugar en Washington y Washington quería a Cousins. Solo habría hecho falta un poco de buena voluntad y sentido común para arreglar el entuerto. Y ahora nadie es capaz de explicar por qué no le firmaron un contrato de larga duración en los estándares del mercado que dos años después hasta parece un chollo.

Etiqueta exclusiva

Para empezar, al ser etiquetado como exclusivo, si un equipo quiere hacerse con sus servicios tiene que negociar con los Redskins. No puede hacerlo con el jugador. Por tanto, solo quedan dos caminos: que el jugador siga en Washington un año más, con lo que el equipo se quedaría tiritando, y con muy poco margen contra el cap para intentar conservar a Pierre Garcon y DeSean Jackson; o que lleguen a un acuerdo con los 49ers que les liberara de la carga, les dejara sin quarterback, les proporcionara alguna ronda media/alta y les permitiera renovar a sus dos receptores estrella sin sobresaltos.

¿Y por qué solo a los 49ers? ¿Y si alguien viniera preguntando por él? El problema para esa tercera vía es que Cousins ha manifestado hace muy pocas horas que solo aceptaría un intercambio con los 49ers. Obviamente, si los Redskins llegaran a un acuerdo con otro equipo él se tendría que marchar, pero ya ha demostrado en los últimos tiempos que cuando se empecina en algo no hay quien le baje del carro, y eso podría dejar al interesado en muy mala situación. Si Cousins fuera enviado a un equipo en el que no quiere jugar, ese equipo no solo perdería alguna ronda media/alta del draft, tampoco podría firmar con el jugador un contrato de larga duración, tendría que cargar con el contrato de un año de 24 millones garantizados, y dentro de doce meses estaría en la misma situación que hoy los Redskins, condenado a perderlo, o a etiquetarlo con otro contrato insostenible de un año de unos 28 millones de dólares, todos garantizados.

Contrato de larga duración

La realidad es que, sean o no los 49ers, lo normal es que Cousins aceptara un contrato de larga duración con cualquier equipo que le ofreciera un acuerdo parecido al que firmaron el año pasado Osweiler y los Texans. Sin embargo, Cousins empezó su carrera profesional bajo el manto de Kyle Shanahan, un entrenador al que adora y cuyo sistema de juego se adapta como un guante a las virtudes del jugador, y parece además que el nuevo head coach de los Niners sigue pensando en él como el quarterback con el que reconstruir el equipo de San Francisco.

Pero ahí también hay un problema. El proyecto de Sanahan es a largo plazo, no tiene ninguna prisa, puede permitirse otro año de transición sabiendo que en el draft de 2018 sí que hay, aparentemente, quarterbacks con un potencial sobresaliente, y si los Redskins tensan mucho la cuerda es casi seguro que terminen por echar por tierra el negocio.

Es posible que este fin de semana en Indianapolis, durante el Combine, comiencen las negociaciones por Cousins, sin embargo, no sería raro que la conclusión todavía se alargue algunas semanas. Una vez firmado el tag, ninguna de las partes tendrá prisa por llegar a un nuevo acuerdo y todos querrán llevarse la mayor tajada posible.