Sandra Myers: "El gran problema del deporte es el dopaje y no hay forma de erradicarlo"
La exatleta que atesora todos los récords de España de velocidad desde hace 26 años considera que en la Federación Española de Atletismo "cualquier cambio es positivo".
Sandra Myers, la atleta que atesora todos los récords de España de velocidad desde hace 26 años, asegura que "el gran problema del deporte sigue siendo el dopaje", considera que en la Federación Española de Atletismo "cualquier cambio es positivo después de tantos años con Odriozola" y observa "un resurgir de talentos" en España, aunque lamenta que sus plusmarcas sigan intactas.
"El gran problema del deporte sigue siendo el dopaje y no hay forma de erradicarlo, porque no es solo de los deportistas. No se dopan porque les da la gana. Siempre hay alguien que se lo propone, una federación que se lo tapa y organizadores que les pagan por unas marcas, a sabiendas de lo que hay detrás. Mientras que esa corrupción siga, no hay nada que hacer. Ha mejorado un poco el panorama, pero en algunos países nada y hay deportes que ni se miran, como el fútbol y el baloncesto", observa Myers.
Nacida en Little River (Kansas, EEUU) en 1961, llegó a España en 1985, conoció en una clínica al que sería su marido, Javier Echarri, ambos convalecientes de operaciones quirúrgicas, y en el 1988, una vez obtenida la nacionalidad, irrumpió con estrépito en el atletismo español, batiendo todos los récords de velocidad y longitud.
Al aire libre tiene los récords de 100 (11.06), 200 (22.38), 400 (49.67) y 600 (1:26.99). En pista cubierta, los de 50 (6.28), 60 (7.23), 200 (22.81) y 400 (50.99). Nadie ha podido con esas marcas en 26 años. En longitud saltó 6,68 en sala y 6,60 al aire libre, también récords en su día, luego batidos.
"Me parece lamentable que todavía tenga yo esos récords. Ahora hay un resurgir de talentos, pero la velocidad femenina no termina de alcanzar el nivel que debía. No se han creado grandes escuelas de velocidad y hacen falta, porque talentos hay. En los colegios ves a chicos y chicas que corren, pero hace falta trabajo de captación y de promoción", apuntó en una entrevista con EFE realizada en Salamanca durante los campeonatos de España.
Myers denuncia que "cada vez hay menos gente que se dedica al atletismo, que es un deporte básico y muy duro". "Ojalá que alguien pueda batir mis récords rápido. Seguro que vendrá alguien porque de repente aparece un Bruno Hortelano, un talento, y ya está. Pueden durar muchos años o pueden caer el año que viene, nunca se sabe".
"El deporte escolar no existe. Cuando estuve en la política (fue parlamentaria regional en Madrid y concejala en Salamanca) luché muchos años por ello y no hay nada que hacer. Así que es la Federación Española la que tiene que ir a los colegios a sacar gente. En cuatro o cinco años puede haber talentos como Bruno, pero si no tienes una base en mucho más difícil", advirtió.
Sandra lleva quince años en Salamanca como profesora en el Conservatorio Superior de Castilla y León, impartiendo clases de musicología, investigación histórica, estética y filosofía. Además dirige la revista digital del centro y por las tardes da clases de piano. Le gustan los románticos y el romancero español.
Tiene tres hijas: la mayor, Elena, de 19 años, estudia arquitectura en Estados Unidos, y las mellizas, Isabel y Ana, de 17, están en segundo de bachillerato. "Elena intentó un poquito el atletismo, sobre todo cuando fue a Estados Unidos. Ganaba medallas en fondo, y las pequeñas podían haber sido buenas, pero es que no había ambiente en Salamanca, con tanto como hubo en el pasado. A ver si se recupera aquello", señala.
"La conexión entre música y deporte no es fácil", asegura. "Me gustaría escribir un libro sobre la música en los Juegos Olímpicos, la cuestión artística de los Juegos me atrae mucho. Todas las ceremonias de apertura y de clausura tienen mucha música compuesta por compositores famosos para la ocasión".
Sandra fue pionera en el entrenamiento con pesas en España. "No se llevaba mucho entonces, me criticaron por esto, pero yo lo traía de Estados Unidos, donde era habitual porque para hacer velocidad tienes que tener fuerza. No contemplo un velocista que no tenga fuerza explosiva".
"No creo que me pasara factura ese tipo de entrenamiento. Las épocas en que más me lesioné fueron aquellas en las que menos preparación muscular tenía. El año de los Juegos de Barcelona, por ejemplo, había bajado de tono muscular y es cuando tuve la lesión".
Los Juegos de Barcelona, a punto de cumplir 25 años, le traen malos recuerdos. "Fue un palo que tardé en superar, pero es algo que en el deporte pasa, una lesión importante en el tendón de aquiles. Lo del Mundial de Tokio (medalla de bronce en 400) el año anterior me desgastó mucho físicamente, pero sobre todo psicológicamente".
"La enorme tensión me desequilibró, me desconcentré, me lié haciendo discos, había fotógrafos que me seguían a los entrenamientos. Hubo demasiadas distracciones", se justifica.
Y luego el incidente en la Villa Olímpica y su abandono del equipo español. "Fue todo muy desagradable. Una historia muy turbia. Fui allí ya lesionada, sin más expectativas que ayudar en el relevo. El CSD nos había prometido una acreditación también para mi marido, que fuésemos a la Villa y allí se arreglaría todo, pero luego les llamamos y no dieron la cara por nosotros, se negaron a acreditarlo (a su marido) porque Odriozola se opuso", dijo en alusión al anterior presidente de la Federación Española.
"Yo estaba lesionada", reconoce, "pero mi ilusión era vivir el ambiente y ayudar en el relevo. No nos hemos pedido nunca disculpas, pero nos saludamos sin problemas. No soy rencorosa. Seguramente yo no tenía razón, pero aquello me dejó una gran cicatriz que siempre queda, nunca se recupera la relación".
"Recuerdo una frase de Rafa Martín, jefe del equipo femenino de velocidad en aquellos años. En el Mundial de Tokio me dijo: Sandra, aunque no consigas ya más que esto, es suficiente. Yo me reía, porque tenía en la mente conseguir una medalla en Barcelona'92. Luego pensé que tenía razón. Había conseguido algo importante".
"Pude conseguir más", añadió, "pero la lesión en el tendón de aquiles fue muy grave. Me retiré en 1996. Llegué a Atlanta, aunque ya con un rendimiento bajo, hasta semifinales, pero al menos pude competir dignamente en unos Juegos. Fue importante para mí superar el fracaso de Barcelona".
Sobre el relevo en la presidencia de la Federación Española, lo tiene claro: "Cualquier cambio era positivo porque Odriozola llevaba demasiados años, una vida, y eso no es bueno nunca. Me gustaban las dos candidaturas (Raúl Chapado e Isidoro Hornillos), pero no tomé partido por ninguna porque son compañeros. Raúl fue compañero mío y en el grupo de Hornillos había incluso más compañeros míos".
"Le deseo mucha suerte a Raúl, con el que estuve en la selección muchas veces, en una etapa que tiene que ser bonita. Tengo la sensación de que mucha gente de mi época se está dedicando ahora a entrenar y de eso está surgiendo una nueva generación de talentos".
Myers celebra el éxito de los recientes campeonatos de España en su ciudad. "Me alegro mucho de que se haya construido esta pista cubierta de Salamanca. Hay que agradecérselo a Antonio Sánchez, que hizo todas las gestiones cuando fue concejal de Deportes. A ver si recuperamos también el mitin al aire libre".