Orlando Ortega ya es un ídolo: oro nacional en 60 vallas
El hispano-cubano conquistó su primer título en pista cubierta (7.61). Tuvo que hacer dos veces la carrera, porque hubo una nula que no escuchó.
Una pista cubierta de Salamanca llena a reventar (hubo gente que se quedó sin entrada) y un superclase como Orlando Ortega crearon una simbiosis para generar el primer momento especial de 2017 para el atletismo español. Sumó su primer oro nacional indoor, con La Aldehuela entregada.
Fue accidentado, porque el juez dio nula cuando Ortega había hecho 40 metros. Acabó su carrera. En cinco minutos corrió otra vez: 7.63. Eso tal vez impidió batir su tercer récord de España del año (7.51 y 7.48), pero Orlando estaba encantado: “Estaba tan concentrado, que no oí el disparo. Sentí el calor del público y eso me ayudó a correr de nuevo”.
Tras su éxito olímpico de plata en Río, Orlando pasó tres meses en Estados Unidos con su familia, en Sarasota (Florida), donde se reencontró con su madre, a la que no veía desde 2014. “Imagínese lo especial que fue, después de todas las emociones de los Juegos”.
Allí siguió junto a su padre entrenándose. Sin relajarse. “El trabajo es duro en las carreras técnicas y en todos los aspectos, las pesas, el gimnasio... pero la verdad es que salió todo perfecto”, cuenta Ortega, que sabe de la dificultad del 60 vallas bajo techo: “Es una carrera tan explosiva y tan rápida que nunca sabes que puede pasar”.
Pese a que es un corredor largo, de 110 puro, tiene el punto de mira puesto en los Europeos indoor de Belgrado (3-5 marzo): “Es un paso importante para los Mundiales de Londres. Mentalmente estoy preparado. Quiero estar en la final y allí ya veremos”. Su gran rival será el británico Andrew Pozzi, que ayer volvió a parar el reloj en 7.43. “Sabía su marca y por eso también salí muy motivado aquí en Salamanca. Pero yo me centro en mí mismo. No me preocupo por los resultados, yo siempre me centro en mí mismo, en hacer una buena carrera y sentirme bien”.
Ya muy atrás queda su marcha de Cuba y se siente plenamente adecuado a la vida madrileña: “Me encanta todo. No me arrepiento de nada de lo que he hecho en mi vida. Me encanta ir por la calle y que me paren y me pidan un autógrafo”. Una de sus aficiones en la capital es ir a ver al Real Madrid: “Soy muy futbolero, y sí, me gusta el Madrid por su estilo de juego y voy a veces al Bernabéu”. ¿Hacer un saque de honor y conocer a sus ídolos? “Me encantaría, a todo el mundo le gustaría hablar con sus futbolistas favoritos, pero si tengo que seguir yendo a animarle lo haré”. Orlando también es ya un ídolo... en el atletismo español.