Petr Petrov: El "ruso de Vallecas" que camina hacia el Mundial
Con 16 años el ruso se afincó en España. En nuestro país inició su carrera profesional hasta 2013, cuando hizo las maletas y se fue a Estados Unidos. Ahora, peleará por el Mundial WBO.
Ser campeón de cualquier índole no es fácil. Del mundo menos aún, pero en esas anda Petr Petrov (38-4-2, 19 KO). Este ruso, afincado en España desde los 16 años, se marcó desde bien joven un objetivo: ser boxeador y campeón mundial. Tras once años como profesional, Petrov tuvo su primera oportunidad de pelear por un título mundial. Era joven y se enfrentó a Marcos Maidana, cayó, pero se llevó un gran recuerdo. Ahora, a sus 33 primaveras ‘El Zar’, como es apodado, se planta ante su segunda oportunidad. Peleará el 8 de abril en Manchester ante Terry Flanagan (32-0, 13) por el Campeonato del Mundo del peso ligero por la Organización Mundial de Boxeo (WBO, en inglés).
Su camino hasta su segunda oportunidad mundial no ha sido fácil. De hecho, ha sido una ruta llena de obstáculos, pero Petrov lo tiene claro, “quiero ser campeón del mundo”. El ruso es concienzudo, nunca se rinde. “Recuerdo cuando era pequeño que quería un juguete, mi madre no me lo compraba y estuve dos meses pidiéndoselo. Lo conseguí. Creo que eso me marcó. Cuando quiero algo lucho hasta que lo consigo”, asegura el boxeador.
Una filosofía que ha demostrado a lo largo de su vida, donde por dos veces ha hecho las maletas en busca de un sueño. La primera fue diferente, ya que la situación familiar no era buena en Rusia en 1999 y aterrizó en España. A sus 16 años, Petr ya sabía cuál era su objetivo, de hecho, a los 11 empezó a boxear. Ya en Madrid sólo tardó dos semanas en encontrar un lugar en el que entrenar, no había tiempo que perder.
Su madre tuvo parte de culpa de esa rapidez. Ella había llegado a España un año antes que su hijo. Antes de que Petr llegase a España visitó a Ricardo Sánchez Atocha, le enseñó videos de su hijo en combates amateur y el promotor lo firmó. ‘El Zar’ se plantó en España sin saber castellano, sin conocer el país, pero sabiendo boxear y con su objetivo bien presente. Eso sí, su presencia en España le hizo cambiar objetivos a corto plazo. “Mi intención era intentar pelear defendiendo a Rusia en unos Juegos Olímpicos, pero cuando vi como era el boxeo en España me di cuenta de que mi camino pasaba por ser profesional”, atestigua.
Por aquel entonces Petrov vivía en el centro de Madrid, tardó dos años en llegar a su barrio de adopción: Vallecas. En el mítico distrito madrileño fue desarrollando sus dotes boxísticas hasta que en el año 2000, con sólo 17 años, dio el salto al profesionalismo. “Tenía muchos nervios, peleaba con un nombre con 40 peleas y 40 años, que era la edad que tenía mi padre por aquel entonces. Gané y me llevé un gran recuerdo”, rememora el ruso.
Maidana fue su primer rival por un Mundial
Su primer paso en el boxeo profesional no llegó sólo, poco a poco fue sumando peleas y escalando posiciones. En 2011 recibió una llamada que pudo cambiar su vida. Faltaban 15 días para que Marcos ‘El Chino’ Maidana defendiese su cinturón mundial WBA del peso ligero, pero su rival no podría pelear. Petrov fue llamado y aunque era uno de los mejores boxeadores del momento, peleaba en su barrio de Buenos Aires, no era su peso y era muy joven, aceptó. Podía conseguir su sueño. El argentino acabó con él, pero Petrov no se arrepiente de su decisión.
“Siempre he querido pelear con los mejores. Cuando me llegó la oportunidad de Maidana, a pesar de las condiciones, lo acepté porque quería pelear con boxeares grandes campeones del mundo. Es un combate que si miras mi historial no debería haber hecho, me perjudicó bastante porque luego me costó muchos años recuperar la posición que tenía, pero volvería a hacerlo porque fue una gran experiencia”, evoca el púgil.
Como recuerda, tardó en rehacer el camino perdido, pero en 2013 decidió cambiar de nuevo su rumbo. Peleó en Montenegro ante el local Dejan Zlaticanin por un título intermedio, pero perdió. Petrov sabía que debía cambiar su hoja de ruta. “Los últimos años que boxee en España no veía oportunidad de llegar más lejos de lo que estaba. Lo que me espera en España eran peleas a 6 asaltos con bolsas pequeñas con lo que no podía vivir y la única manera de salir fuera, siempre bailar con la más fea en el momento menos oportuno. Me cogí la mochila, fui a Estados Unidos y allí buscaba un camino nuevo”.
La cuna del boxeo es Estados Unidos, y allí sabía que su camino se tornaría más complicado todavía, pero lo intentó. Aterrizó en Los Ángeles y comenzó a entrenar con Freddie Roach, adiestrador entre otros de Manny Pacquiao o Miguel Ángel Cotto. Sus primeros días viviendo el ‘sueño americano’ no fueron sencillos. “Las condiciones que tenía para vivir eran malas, una habitación sin cocina. El primer mes lo pasé bastante mal. Fue bastante duro”, asevera. Pese a ello, Petrov encontró su hueco. Se mudó a una hora de Los Ángeles y allí estableció su campamento.
De nuevo le tocó ‘bailar con la más fea’ en su primer combate en Estados Unidos. “Mi debut fue en el torneo ‘Boxcino’, entré por alguien que se cayó a última hora. El rival paisano mío, invicto y noqueador, y era una prueba de fuego. La pelea la gané muy bien y seguí adelante con el resto de peleas”, rememora. Esa pelea y otras cuatro, todas brillantes victorias, le abrieron la puerta de una eliminatoria mundial. Su sueño volvía a estar cerca.
Los retos van con Petrov, y ante Michael Pérez, lo volvió a demostrar. “Era una pelea muy importante, la que más en mi carrera. Me daba el paso a pelear por el título mundial. Mi rival sólo tenía una derrota, buen récord y lo organizaba su promotora. Todo estaba hecho para él, me tuve que meter en la boca del lobo y al final gané”, asegura esbozando una sonrisa.
‘El Zar’ aguó la fiesta de Pérez, se ponía número uno en las listas de la Asociación Mundial de Boxeo (WBA) y dos de la Organización Mundial de Boxeo. Petrov y su equipo esperaban la oportunidad de la WBA, era el aspirante oficial del peso ligero, pero la llamada llegó de otro lado. “Nosotros estábamos mirando al WBA, pero era complicado. Iba a haber una pelea en marzo y aunque soy aspirante oficial los plazos eran muy largo. Entonces nos surgió la oferta de la WBO, donde soy número dos y era segura".
Ahora, con ese combate ya firmado, Petrov no se arruga, quiere cumplir su sueño y no le importa a quien tenga que medirse. “Terry Flanagan es zurdo, con las complicaciones que eso lleva. Además es joven e invicto. Es difícil, pero no imposible", afirma.
“Cuando uno tiene un camino difícil cualquier reto será más fácil. Estás acostumbrado a lo que sea, puedes decir. ¿Qué más? Venga lo que sea seguiré adelante con mi sueño y mi trabajo hasta conseguirlo”, apunta este ruso vallecano, quien una vez vuelve a hacer las maletas para dejar en Vallecas a su gente y subirse a un avión. Su destino, Estados Unidos. Allí le espera una dura preparación, un afanoso camino que espera que acabe el 8 de abril con el título mundial en sus manos.