Así se prepara el campeón del Marathon para volver al Sahara
Vicente Grande Duque, repite en 2017. La ayuda humanitaria que llevará y el reto de volver a medirse al desierto le harán volver a los campamentos de Tinduf a finales de febrero.
“Todo lo que rodea a esta prueba te engancha. Se trata de convivencia, de valores, de compañerismo… Y a todo esto le unes la generosidad y la hospitalidad de los saharauis, quienes sin tener sus necesidades básicas cubiertas te dan lo poco que tienen, integrándote durante una semana en su vida diaria, durmiendo en sus jaimas, compartiendo sus hogares, costumbres, hábitos, cultura, preocupaciones…”, comenta Vicente Grande Duque, ganador del Sahara Marathon 2016.
La carrera más solidaria del mundo se celebra el 28 de febrero. Sin embargo, los corredores participantes estarán desde el 25 de ese mes hasta el 4 de marzo en los campamentos de refugiados, cerca de Tinduf (Argelia). Allí sobreviven desde que en 1976 España se retirara del territorio original del Sáhara Occidental sin descolonizarlo como mandan las leyes internacionales y la guerra con Marruecos y Mauritania les obligara a huir de una zona ocupada, hasta nuestros días, de forma ilegal por el reino alauita.
Los refugiados saharauis encontraron cobijo en la hamada negra argelina (desierto pedregoso), uno de los lugares más inhóspitos del planeta. El entorno solo deja lugar para la supervivencia y los corredores deben adaptarse, entre otras circunstancias, por ejemplo a la comida y a su escasez.
Cuidado con la comida y el agua
“Yo no me llevo mi propia comida, pero sí tengo mucho cuidado con lo que como. La carne poco cocinada, las ensaladas, verduras y fruta lavada con agua no apta para el consumo humano pude provocarnos una grave diarrea. Por si acaso, en mi maleta no faltará algún extra en forma de embutido, sardinas enlatadas y frutos secos. Y siempre debemos beber agua embotellada”, señala el atleta de Hoyo del Manzanares.
El té, omnipresente en el día a día saharaui, no será un problema para él: “No se si será bueno o malo para correr; yo lo tomo. Sin embargo, es cierto que algunos de los compañeros que estuvieron conmigo el año pasado no lo bebían por la gran cantidad de azúcar que le echan”.
Los entrenamientos también serán complicados estando allí –“Si puedo, saldré un día a rodar antes de la carrera”-, por lo que la preparación previa es fundamental sobre todo en una maratón en el que el termómetro se situará entre los 25 y los 30º C. “Una de las cosas más complicadas es adaptarse a las altas temperaturas porque yo llegaré de Madrid, donde ahora hace frío. Para entrenar ese aspecto procuro salir en las horas de más calor del día”, comenta el ganador de 2016, que hizo un tiempo de 3 horas 1 minuto y 8 segundos.
Otro de los grandes obstáculos son las dunas: “El entrenamiento lo realizo por la Sierra de Hoyo donde hay subidas muy pronunciadas, bajadas vertiginosas, toboganes, mucha zona empedrada muy similar a la hamada, lo que hace coger mucha fuerza y potencia en el tren inferior y te ayuda a afrontar las dunas con ciertas garantías. En lo que estoy incidiendo más es en el aspecto psicológico y cuando toca tirada larga intento que sea por la zona más complicada de la sierra para intentar fortalecer ese aspecto. El año pasado fue lo más duro, los últimos 3 kilómetros, corriendo solo, con más de 25º C… Creía que la meta nunca llegaba”.
Difícil repetir
En el Sahara Marathon lo importante no es el resultado, sino la solidaridad. Repetir triunfo no es el objetivo principal del viaje de Vicente Grande Duque.
Además, ha dado una charla en el Colegio Vírgen de la Encina de Hoyo de Manzanares para que los niños conozcan la situación del pueblo saharaui. “Los más pequeños van a aportar su granito de arena participando en la campaña de #1Euro1kilómetro. Tendrías que ver la tristeza que había en sus caras al contarles las dificultades que tienen allí los niños saharauis. Pero, a la vez, no hacían nada más que buscar soluciones para intentar ayudarlos”, recalca Grande Duque.
Una experiencia que todo el mundo debería vivir
El alto al fuego en 1991 promovido por la ONU establecía como solución un referéndum de independencia que no se ha producido debido a las constantes trabas de Marruecos. Después de 41 años de ocupación, no se ve cercano un final acordado entre las partes.
“El Sahara Marathon es la carrera más solidaria del mundo y hace visible la dura realidad que vive el pueblo saharaui. El ejemplo que damos los deportistas debería ser suficiente para que la clase política actuara en consecuencia. Después de tantos años, es difícil que haya una solución, pero el pueblo saharaui tiene innato un valor que sobresale por encima de otros que es la ilusión. Este valor les hace subsistir y les sirve de motor para seguir intentando recuperar lo que entienden que es suyo”, subraya Vicenta Grande Duque.
El corredor madrileño anima a todo el mundo a participar en una carrera que en 2017 cumple su 17ª edición: “Es una experiencia multicultural impresionante por la que tendríamos que pasar todos. Cuando llegas a un sitio como este te das cuenta de lo afortunados que somos y de lo desgraciados que pueden ser otros”.