El monopolio del reloj fue clave en el triunfo de los Patriots
El equipo de Belichick y Brady fue capaz de mantener la posesión del balón para que el mejor ataque de la NFL se quedara en la banda.
De cara a entender un partido de la NFL hay muchas variables a las que hay que prestar atención. Sin desmerecer lo conseguido ya sea en yardas de carrera o de pase, que siempre importa, hay otros aspectos que complementan y te dan una visión complementaria a las categorías clásicas.
Algunos podrían hablar sobre las conversiones de terceros downs, la capacidad que tiene un equipo de mantener vivo un drive en un momento de máxima tensión. Otros apostarían por el balance pérdidas/recuperaciones de balón, que se trata de un recurso muy socorrido de cara a forzar los errores del rival y evitar dispararte en tu propio pie, pero…
Ahhhh, nuestro viejo amigo, el tiempo de posesión.
En un deporte como el football, la posibilidad de mantener a tu ataque sobre el terreno de juego, con opciones de poder sumar puntos a tu causa y que el de tu rival se quede con cara de pasmado desde la banda casi no tiene precio, porque el objetivo es sumar más puntos que tu adversario y la mejor manera de hacerlo es con tu ataque, sin desmerecer lo que puede hacer la unidad defensiva, que puede aportar y mucho.
Lo ocurrido en Houston
En la edición número 51 de la Super Bowl tuvimos un ejemplo de todo lo anterior. Aunque hay maneras de poder imponerte al mejor ataque de toda la NFL, seguro que no hay una más efectiva que esa ofensiva se quede en la banda, a verlas venir, que es precisamente lo que hicieron los New England Patriots sobre los Atlanta Falcons.
Si repasamos los datos del partido, cuando todavía estamos en una nube por lo que hemos vivido y que es algo que recordaremos por siempre y para siempre en nuestra memoria, es que los muchachos de Bill Belichick se hicieron con la posesión y no ‘dieron cancha’ a Matt Ryan, que sólo pudo asistir desde la banda a la debacle de su equipo.
Vamos, que se convirtieron en el particular Mr. Scrooge, sin que exista una Navidad de por medio.
A continuación, se encuentra una tabla de las posesiones de cada equipo en la segunda mitad del partido, que es el momento en el que se produce la antológica remontada de los Patriots, abrumados durante tres cuartas partes de la Super Bowl.
Atlanta Falcons | New England Patriots |
3 jugadas, 4 yardas, 1´53" - Punt | 3 jugadas, -2 yardas, 22" - Punt |
8 jugadas, 85 yardas, 4´14" - TD | 13 jugadas, 75 yardas, 6´25" - TD |
3 jugadas, -15 yardas, 2´15" - Punt | 12 jugadas, 72 yardas, 5´07" - FG |
3 jugadas, -2 yardas, 1´20" - Fumble | 5 jugadas, 25 yardas, 2´28" - TD |
6 jugadas, 45 yardas, 2´26" - Punt | 10 jugadas, 91 yardas, 2´33" - TD |
4 jugadas, 16 yardas, 54" - Punt | 1 jugada, 13 yardas, 3" - Fin tiempo regulado |
- | 8 jugadas, 75 yardas, 3´58" - TD |
Como se puede ver, los drives de Atlanta Falcons una vez que se ponen 28-3 en el marcador, se caracterizan por una brevedad que termina jugando en su contra. No sólo son los tres y fuera, sino ver a su defensa salir una y otra vez al terreno de juego, para terminar siendo desbordada por la furiosa reacción de los Patriots, con la luz del depósito de combustible encendida desde muchos minutos antes del final del encuentro.
En definitiva, New England tuvo la posesión durante 51´36” mientras que Atlanta sólo pudo tenerla durante 23´24”. Esa diferencia hizo que la defensa de los Falcons cayese por su propio peso, como si fuera fruta madura.
Y es que cuando los equipos en la Super Bowl colocan a sus ataques durante 35 minutos o más (de los 60 habituales), su marca es 16-1 o casi garantía de éxito.
Sin meternos en las decisiones que se tomaron desde la banda (Dan Quinn) o desde la posición de privilegio (Kyle Shanahan), que de eso se hablado y más que se hará en los días venideros, también hay otro factor muy a tener en cuenta y que enriquece la narrativa del deporte.
Me refiero al ‘momentum’, a la inercia, el empuje o esa fuerza de la Naturaleza que estuvo personificada anoche en los Patriots.
Ya con los datos en nuestro poder y gracias a avanzados cálculos matemáticos que quedan fuera de mi entendimiento, cuando restaban apenas nueve minutos para el final del cuarto cuarto, New England tenía 0.4% de posibilidades de ganar… y luego todos sabemos lo que ocurrió.
Tampoco sirvió de nada que los Falcons fuesen mandando en el marcador durante 41 minutos y 18 segundos, si en el momento decisivo, cuando acaba todo, son los Patriots quienes terminan proclamándose vencedores.
Opciones de futuro
Esta clase de derrotas hacen daño y mucho. Kyle Shanahan se marcha a los San Francisco 49ers en un mar de dudas por su estrategia y Dan Quinn se vio sobrepasado por el empuje de los Patriots. No obstante, los Atlanta Falcons tienen un grupo tremendamente talentoso, joven y con un futuro espléndido que les permitirá volver a ser competitivos de cara a la temporada que viene.
La clave será tratar esta derrota como una experiencia enriquecedora, una que te hará más fuerte como ocurre con la vida misma cuando te enfrentas a la adversidad. Levantarte para seguir peleando y aprender del caso de no pocos precedentes, que sufrieron un varapalo tremendo antes de alcanzar la Tierra Prometida.
Si alguien lo ha conseguido en el pasado, ¿por qué no va a ser el caso de los Atlanta Falcons?