El atleta británico Mo Farah ha condenado la actitud del recientemente nombrado presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, por sus medidas contra los inmigrantes, asegurando que vienen desde "la ignorancia y el prejuicio", y que le convierten en un "alien" en el país en el que entrena y vive junto a su familia. Farah, nacido en Somalia, es el atleta británico más laureado, con los oros olímpicos en 5.000 y 10.000 metros tanto en Londres 2012 como en Río 2016, y los títulos mundiales en 2013 y 2015. "El 1 de enero de este año, su Majestad la Reina me nombró Caballero, y el 27 de enero, el presidente Donald Trump parece haberme convertido en un 'alien'", señaló. Farah llegó al Reino Unido cuando era niño, como ciudadano británico, pero su país de nacimiento, Somalia, se encuentra entre los siete señalados por Trump que ahora cuentan con restricciones de inmigración. El atleta de 33 años reside en la ciudad de Portland, en el estado de Oregón, desde hace seis años, el lugar donde entrena, paga sus impuestos y cría a sus cuatro hijos junto a su esposa. "Es realmente alarmante que vaya a tener que decirle a mis hijos que su padre puede que no vuelva a casa, explicarles que el presidente ha introducido una ley basada en la ignorancia y el prejuicio", declaró. Y es que Trump anunció un tiempo de cuatro meses para acoger refugiados y la prohibición de entrada a ciudadanos de Siria y otros seis países mayoritariamente musulmanes, alegando que esto servirá para proteger a los estadounidenses de posibles islamistas violentos. Farah manifestó estar orgulloso de representar a Gran Bretaña en las competiciones y de recibir el título de Caballero de manos de la Reina Isabel II a principios de año. "Mi historia es un ejemplo de lo que pasa si cumples las políticas de compasión y entendimiento, no las del odio y el aislamiento", exclamó. Las nuevas políticas de Trump han provocado una oleada de protestas en los últimos días, tanto en los Estados Unidos como fuera del país. El ministro de Asuntos Exteriores británico, Boris Johnson, ha calificado dichas medidas como "divisivas y que estigmatizan de forma errónea por la nacionalidad de uno", algo que Reino Unido no va a tolerar, pues va a proteger a sus ciudadanos tanto en su territorio como en el exterior.