Donald Trump elige a un dueño de la NFL como embajador
El presidente de los Estados Unidos ha nombrado a Woody Johnson, propietario de los New York Jets, embajador en Reino Unido.
El presidente de los Estados Unidos de América, Donald Trump, tiene unas relaciones complicadas con la NFL. Con medio mundo, me diréis, y con razón, pero con la NFL desde hace ya mucho tiempo, unos treinta años, cuando era el dueño de una franquicia de la extinta USFL y demandó a la National Football League. Desde entonces, y más desde que intentó sin éxito comprar los Buffalo Bills, es una figura muy controvertida en la liga.
Eso no le ha impedido cultivar muy buenas relaciones con, por ejemplo, Bill Belichick y Tom Brady, de los New England Patriots, y con otras personalidades como Woody Johnson, dueño de los New York Jets.
Es, precisamente, a Woodoy Johnson al que Donald Trump ha nombrado embajador de los Estados Unidos en el Reino Unido.
No estamos aquí para analizar la geopolítica del nuevo presidente estadounidense ni las capacidades como diplomático de Johnson, así que nos centramos en las implicaciones deportivas.
La primera es que los Jets pasan a ser dirigidos por el hermano del nuevo embajador. Se trata de Chris Johnson.
Está por ver cuales son sus decisiones, cual su dirección. Lo que si se sabe es que este cambio llega en un momento complicado.
El organigrama de los Jets presenta a dos hombres señalados, a pesar de llevar poco tiempo en la franquicia. El general manager Mike Maccagnan y el entrenador Todd Bowles han tenido un año muy complicado y tienen que tomar cartas en el asunto en esta offseason. Se ven sin quarterback titular, con una segunda y una tercera rondas gastadas en el puesto en los dos últimos drafts y con poca o nula experiencia (e ilusión para los aficionados) de cara al futuro y una serie de estrellas defensivas que se debaten entre el peor momento de forma de su vida, el final de su carrera o las peticiones de un dinero de estrella que, probablemente, no les vayan a dar en los Jets.
Nunca es buena la inestabilidad y el cambio de cabeza per se, pero menos cuando hay que decidir cosas muy serias en el futuro próximo. Así que, por si alguien necesitaba algo más para criticar a Donald Trump, quizás la franquicia de los Jets y sus seguidores quieran pensar que esto no les favorece.