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DETOCHO

Llegó la hora: Los pronósticos de las finales de conferencia

Packers-Falcons y Steelers-Patriots se disputan el pase al Super Bowl en el mejor domingo de todo el año.

Ciudad de México
ATLANTA, GA - JANUARY 14: The Atlanta Falcons huddle against the Seattle Seahawks at the Georgia Dome on January 14, 2017 in Atlanta, Georgia.   Scott Cunningham/Getty Images/AFP
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Scott CunninghamAFP

New England Patriots - Atlanta Falcons en directo

Hay algunas sensaciones que son simplemente indescriptibles. Tu primer beso, el aroma de un buen café por las mañanas, encontrarte un billete en el pantalón que hace mucho no te ponías o el primer trago a tu cerveza helada en una tarde de verano. Prender la televisión y que esté empezando el desfile de Victoria Secret o cualquier día de paga.

Y por encima de eso, está la mañana del domingo de las finales de Conferencia.

Lo he dicho muchas veces y lo diré muchas más. No hay mejor domingo en todo el año que el domingo de finales de Conferencia. Ni el Super Bowl, ni el día de tu boda se le pueden comparar. Es un Super Bowl al cuadrado. Es una boda sin suegros.

Cualquiera de los cuatro protagonistas tiene argumentos para ser campeón. ¿Tú no tuviste cuatro novias para elegir el día de tu boda, verdad? Punto para las Finales de Conferencia.

Cuatro quarterbacks de elite son la tarjeta de presentación, pero habrá más de un comodín en la baraja. Cuatro equipos encendidos y con un propósito. Con la suficiente confianza como para maquillar sus deficiencias y con mucho que demostrar.

No estoy aquí para recordarte lo importante y espectacular que es este domingo, porque eso ya lo sabes. No estoy aquí para convencerte que tienes que verlo, porque eso ya lo sabes. No vengo a decirte que mandes a la novia, a la esposa o a ambas a casa de sus padres. Sabes bien que tienes que hacerlo.

Te esperan casi siete horas de football de la más alta calidad. Pero yo estoy aquí para arruinártelo todo y decirte quien va a ganar.

Aquí los picks:

Packers en Atlanta: La única manera de hacer este juego más ofensivo es encontrándoles un lugar a Donald Trump y Kim Kardashian. Pero eso es algo que, menos que hubieras estado en una cueva los últimos cuatro meses, ya sabías.

No hay muchos puntos para diferenciar hoy por hoy a Aaron Rodgers y Matt Ryan. Uno tiene 40 touchdowns, el otro tiene 38. Uno tiene a Julio Jones, el otro a Jordy Nelson. Ninguno de ellos al 100 por ciento. Ambos operan detrás de líneas sumamente capaces y ninguno le tiene miedo al drama o al reloj.

De un lado está la defensiva 22 en yardas permitidas, del otro lado la número 25. Los Packers fueron 21 en puntos admitidos, los Falcons 27. Green Bay suma nueve triunfos consecutivos, los Falcons cinco.

Pero hay un par de distinciones que podrían inclinar la balanza de uno u otro lado. Una es tangible y la otra es circunstancial y cualquiera de las dos podría resultar fundamental en la entrega del primer boleto a Houston para el Super Bowl LI.

Los Falcons presumen una clara ventaja en el ataque terrestre de la mano de la explosiva mancuerna de Devonta Freeman y Tevin Coleman. Pero ¿Para qué correr cuando tienes a Matt Ryan detrás del centro? Para mantener a Aaron Rodgers con su trasero bien posado en la banca. Para eso. Controlar el tiempo de posesión será fundamental entre dos conjuntos que pueden anotar casi a voluntad. Y justo ahí es que Atlanta saca distancia de los Packers.

Pero Green Bay tiene algo que ninguno de los cuatro sobrevivientes de la temporada tiene. Una confianza a prueba de todo. Meterse a casa de los Cowboys, imponer un claro dominio, perderlo y entregar la ventaja y el ímpetu solo para recuperarlo de la manera más Rodgeriana posible, hace milagros por la confianza de uno.

Los Packers tienen la experiencia y la confianza a su favor. Los Falcons un ataque más balanceado, la casa y un sentido por demostrar que pertenecen a estas instancias, después de ser menospreciados durante gran parte de la campaña.

Alguien me dijo que no es buena idea apostar en este momento en contra de Aaron Rodgers y le creo. Por eso escribo estas líneas sin fines de lucro.

Tampoco creo que sea muy inteligente apostar en contra de Ryan, de una ataque que promedia 38 puntos en sus últimos cinco juegos, de un equipo más saludable y de un pateador más confiable. Falcons por 4.

Steelers en N. Inglaterra: En el último par de días, alguien me preguntó si podía darle un pronóstico OBJETIVO de este partido. Y le dije que no, pero por Dios que lo iba a intentar. La verdad, es que no sé por dónde empezar.

En lo que va de temporada, los Patriots han mantenido los balones inflados, las cámaras apagadas y los radios funcionando.

No parecen afectados ante las sensibles ausencias por lesión o las carencias en su línea ofensiva. Son la defensiva número uno de la NFL y el tercer mejor ataque. Su dueño, su coach y su quarterbacks son amigos personales del próximo presidente. En pocas palabras, lucen invencibles.

Del otro lado, hay un equipo repleto de distracciones a causa de un receptor inmaduro y las siempre frágiles redes sociales, un entrenador mal hablado y 15 jugadores resfriados que devoran cajas de pañuelos desechables de la misma manera en que Andy Reid pasa por un buffet.

La dupla Belichick-Brady presume marca de 4-0 ante los Steelers en Foxboro y de 2-0 contra Pittsburgh en playoffs, ha estado seis años consecutivos en la Final de la AFC y literalmente ha pasado por todas las situaciones posibles.

Parece un duelo disparejo. Si fuera por todo eso, lo más apropiado sería dejar de perder el tiempo y darles el Lombardi. Pero hay algo que los Patriots no tienen, y es competencia que los haya preparado para este partido.

Desde su última derrota en la semana 10, suman ocho triunfos ante: Colin Kaepernick, Ryan Fitzpatrick (x2), Jared Goff, Joe Flacco, Trevor Siemian, Matt Moore y Brock Osweiler. Un grupo capaz de poner a temblar a muchos gerentes generales que les ofrecieron contratos, pero a muy pocas defensivas rivales.

Aquí es donde aparecen Antonio Brown, Ben Roethlisberger y Le’Veon Bell. Un trío capaz de infundirle miedo a Freddy Krueger. Un monstruo de tres cabezas que pone a los rivales a elegir de qué manera quieren morir. La versión moderna de un circo romano.

Pittsburgh, que ha entregado balones en seis de sus últimos siete encuentros, debe volver a hacer del control del ovoide y del reloj su prioridad, debe ser capaz de establecer a Le´Veon Bell temprano y frecuentemente. En ofensiva no tienen margen de error y es que del otro lado está Tom Brady.

Brady va a poner su buena dosis de puntos en la pizarra como ha sido la norma contra Pittsburgh a lo largo de su carrera, en la que suma 26 touchdowns y solo tres intercepciones.

La ofensiva de los Pats se basa en  explotar los duelos individuales y colocar enfrentamientos en donde saque ventaja, por encima del talento individual. Tight ends contra cornerbacks, receptores contra linebackers. Si Pittsburgh no le quita segundos al reloj de Brady en el bolsillo, va a tener una noche muy, muy larga.

La única opción de la defensiva es esa. Ir detrás de Brady y no dejar de hacerlo. Todo el partido. Confiar en que eso les de las suficientes detenciones para que Ben, Brown y Bell hagan lo suyo. Esa es su única oportunidad. Un partido perfecto.

No se puede ser más objetivo en el análisis. Pero, ¿en el pronóstico? Digamos que lo intenté. Steelers por 3.

La semana pasada: 3-1

En playoffs: 6-2

Temporada regular: 143-90-2

Total: 149-92-2