Los Chargers se mudan a Los Angeles y se hacen el harakiri
Los Angeles Chargers jugarán durante dos años en el StubHub Center, un estadio para 27.000 espectadores con menos de la mitad de capacidad que el siguiente más pequeño.
La noticia ya es oficial. Los Chargers son el primer equipo de la historia de la NFL que decide suicidarse. Su propietario, Dean Spanos, ha confirmado hoy jueves lo que era un secreto a voces, la franquicia de la que es propietario se traslada a Los Angeles, donde jugará ya en 2017. Su sede provisional, hasta que esté terminado dentro de dos años el estadio de Stan Kroenke, propietario de los Rams, está construyendo Inglewood, será el StubHub Center en el que juegan Los Angeles Galaxy, el equipo de fútbol de la ciudad. El StubHub tiene una capacidad de 27.000 espectadores, es casi un estadio de juguete comparado con los que alojan a la mayoría de los equipos de la NFL actual, que en muchos casos triplican esa capacidad. El siguiente más pequeño es el Coliseum de Oakland, con 56.000, del que intentan escapar los Raiders.
Sin embargo, Dean Sparos se mostraba encantado en el anuncio del movimiento: “Después de mucho deliberar, he tomado la decisión e reubicar a los Chargers en Los Angeles desde la temporada 2017. San Diego ha sido nuestra casa durante 56 años. Siempre formará parte de nuedtra identidad, y tanto mi familia como yo solo sentimos agradecimiento y aprecio por el apoyo y pasión que nuestros seguidores nos han mostrado durante años. Pero hoy pasamos página y comenzamos una nueva era excitante como Los Angeles Chargers”.
“Los Angeles es una sede extraordinaria, y aunque jugamos allí en 1960 nuestra primera temporada y tenemos seguidores allí desde entonces, toda nuestra organización sabe que tenemos mucho trabajo por hacer. Debemos ganarnos el respeto y apoyo de los aficionados al football de Los Angeles. Debemos volver a ser ganadores. Y debemos hacer una significativa contribución no solo sobre el campo, también fuera de él como líderes y campeones. Los Chargers han decidido luchar por Los Angeles y estoy deseando empezar a hacerlo”.
Para animar más el cotarro, la franquicia presentó su nuevo logo. Magnífico. La obra magna de un diseñador durante una noche de resaca. Porque, sinceramente, no parece que nadie le haya dedicado demasiado tiempo en perpetrar algo así. Y a plagiar la imagen de Los Angeles Dodgers (ver gif debajo). Si de verdad ese es el primer paso para un cambio que según parece va a continuar con el diseño de la uniformidad completa y toda la imagen corporativa, cabe preguntarse cómo van a conseguir que tenga algo de personalidad y que, por ejemplo, los colores no vayan a ser similares a los de los Rams, sus vecinos en la ciudad. Parece que a los Chargers puede no quedarles ni su viejo uniforme celeste, para muchos uno de los más bonitos de la NFL.
Y sí, estoy enfadado. Como cientos de aficionados que no entienden un movimiento que parece más una ocurrencia que una decisión meditada e inteligente, tomada por uno de los grupos más insignes de empresarios del mundo, propietarios de una de las máquinas de hacer dinero del universo. Aunque bien pensado, si lo que se busca es tener football profesional en Los Angeles todas las semanas desde septiembre hasta diciembre, el objetivo está cumplido, por mucho que el coste sea que una de las franquicias de la NFL pueda ser más aséptica que un quirófano.
Desde hace semanas se vio que era imposible que la franquicia continuara en su sede actual. Una parte del estamento político de San Diego ha hecho todo lo posible para evitar que el equipo continuara en la ciudad, pero mientras los Raiders han trabajado a fondo para buscar una nueva ubicación en Las Vegas, que parece un destino ideal para ellos, Spanos se ha conformado con convertirse en un plato de segunda mesa en una ciudad de la que el equipo ya tuvo que irse en 1961 porque no le importaba a nadie, y que desde entonces ha sido el equipo de los vecinos, con toda la inquina y el rechazo que eso provoca siempre.
No sería raro que en pocos años los Chargers cambien de ubicación de nuevo, convirtiéndose en un equipo casi itinerante, hasta que la NFL consiga que otro gran mercado sin football construya un estadio y aporte los beneficios necesarios para que los Chargers vuelvan a moverse, esta vez con más sentido.
Y esperemos que entonces se curren un poco más el logo, entonces nos creeremos que ese sí será el destino definitivo.