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DETOCHO

Día de Reyes, día de pronósticos: La ronda de Comodines

Comienza la postemporada. Packers y Giants protagonizan el duelo más anticipado y uno de los dos se irá a casa de forma prematura

Ciudad de MéxicoActualizado a
LANDOVER, MD - JANUARY 01: Quarterback Eli Manning #10 of the New York Giants passes the ball against the Washington Redskins in the fourth quarter at FedExField on January 1, 2017 in Landover, Maryland.   Rob Carr/Getty Images/AFP
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Rob CarrAFP

Packers-Giants en vivo

Al momento de teclear la primera letra son pasadas la 1:20 a.m. del 6 de enero y los Reyes Magos no han llegado. Y no van a llegar.

Seamos sinceros, luego de la temporada que tuve bien podría esperar hasta el 3 de agosto y no van a llegar. No me los merezco, ni a los Reyes ni a ninguno de ustedes, pero al menos sé que a diferencia de ese trío de malhechores ustedes no me abandonarán.

Al menos no ahora, que comienzan los playoffs.

La postemporada… ah, que rápido se nos fue el tiempo. Pero al fin llegó esa época del año que transforma a Eli Manning en Joe Montana, en la que los equipos de Atlanta, en el deporte que me digan, encuentran la manera de perder, en donde la historia pesa más que el talento y en donde invariablemente todos tienen una opinión de la NFL, informada o no.

Llegó la bendita época por la que estábamos esperando y por la que debimos soportar todos los juegos del Sur de la AFC, a los Browns, y a los Niners, y a los Jets y a los Bears, a Rex Ryan y a Sam Bradford. Todo lo hicimos por enero. Por amor, porque sabíamos que al final valdría la pena.

Yo les pregunto: ¿Valió la pena?

Yo digo que sí. Se viene lo mejor, cualquiera de estos 10 equipos puede tener etiqueta de campeón. Oye, León, ¿qué no son 12? Sí, pero Texans y Raiders no cuentan, y la fortuna nos sonríe eliminando a uno de ellos de inmediato, y al mismo tiempo nos da la espalda colocando al otro en la ronda divisional, como carne de cañón para el que se saque el premio gordo de la lotería.

Fuera de eso, no es descabellado pensar en un Super Bowl con cualquiera de los otros 10 equipos. Sí, ya sé que están pensando que no hay forma de que los Patriots no ganen y que no hay nadie más guapo que los Cowboys.

Pero no amigos míos, estos son los playoffs y  cosas más raras se han visto, y muchas de ellas tienen el indescriptible rostro de Eli Manning. La postemporada actúa de formas misteriosas, y no siempre justas.

Nos quedan solo 11 partidos antes de iniciar con nuestro berrinche anual, de “¿falta mucho para septiembre?” “Primer domingo sin football” “Los lunes ahora vuelven a ser lunes”. Por eso les imploro, no disfruten estos juegos, sufran cada uno de estos 11 partidos. No hagan planes. Terminen a la novia si es necesario. Pero no dejen de respirar football, porque en tres meses no los quiero oír llorar.

Y mientras termino de escribir la carta a los Reyes Magos en papel lija para que se la pasen por el mismo lugar que se la han pasado los últimos 30 años, les dejo los pronósticos de la ronda de comodines.

Raiders en Houston: Yo no sé ustedes, pero cuando me sirven un plato con varios alimentos, en lo personal me gusta comenzar por el menos apetitoso. Aparentemente la NFL piensa lo mismo.

¿Recuerdan en noviembre, cuando estos dos equipos llegaron al duelo en el Estadio Azteca t se hablaba de dos contendientes que serían animadores en playoffs? Pues les cayó la maldición de Moctezuma.

Desde su visita a México y su controversial derrota ante los Raiders con sospechosos cobros de las cebras, Brock Osweiler tiene tres pases de touchdown, seis intercepciones, dos triunfos, tres derrotas y una visita al banquillo de suplentes. Mejor hubiera comido tacos afuera de cualquier estación del metro, el resultado hubiera sido menos grotesco.

Los Raiders no están mucho mejor. Si, ganaron 11 juegos, pero perdieron a su candidato, y el mío, a MVP en Derek Carr y como las tragedias siempre vienen acompañadas, también perdieron a su suplente, Matt McGloin. Y sabes que estás en serios problemas cuando extrañas a Matt McGloin.

Ahora, con un quarterback que perdió toda la confianza como Osweiler, y un tipo que nunca ha iniciado un juego en la NFL, que apenas esta semana comenzó a tener repeticiones con el primer equipo, como Brandon Cook, este juego tiene los ingredientes del desastre.

En estos momentos de la temporada, el hecho de que Cook tenga más talento ofensivo a su alrededor es de poca diferencia, especialmente si se toma en cuenta su inexperiencia y el hecho de que enfrente está la mejor defensiva en yardas permitidas de la NFL.

Houston no tuvo muchos triunfos de calidad en la temporada regular, no fue puesto a prueba frecuentemente en el mediocre Sur de la AFC. Y eso no cambiará el domingo, aún si Khalil Mack y compañía se aferran a hacer de esto un juego, simplemente el costado ofensivo les dará la espalda a los Raiders. Texans por 4.

Lions en Seattle: Estoy seguro que Matt Stafford quisiera levantarle el dedo medio a todos sus detractores, a todos los que le dijeron cachetón o que solo se hicieron su amigo para poder estar cerca de Clayton Kershaw. Pero no puede.

La lesión en el dedo de Stafford ha resultado una maldición para los Lions y le ha bajado la confianza a un equipo que no tenía mucha de sobra en primera instancia. Stafford era no solo el motor, sino el maquillaje que ocultaba todas las flaquezas del conjunto y que han salido a relucir ahora que el pasador está por debajo de su condición óptima.

Esas son excelentes noticias para unos Seahawks hambrientos de buenas noticias.

Seattle ganó con comodidad el Oeste de la NFC, pero desde que perdió a Earl Thomas en el jardín central, el equipo tiene marca de 2-2, perdió un juego en casa y admitió 24.5 puntos por encuentro en sus últimos cuatro partidos. Bendito sea que en ese lapso se enfrentaron a los inertes Lambs o el saldo pudo ser mucho peor.

Pero no hay mal que por bien no venga en Seattle, a fin de cuentas si hay alguien acostumbrado a la lluvia es Seattle. La ofensiva ha comenzado a carburar en el momento preciso, Russell Wilson lanzó siete pases de touchdown y una sola intercepción en sus últimos tres juegos, y el momento coincide con la debacle defensiva de Detroit.

Los Lions cerraron la temporada con al menos 31 puntos en contra en sus últimos dos juegos y Stafford nunca ha tenido la oportunidad de mantenerlos en el juego durante mucho tiempo. Es claro que no está al 100 por ciento, pero es la única opción que tiene Detroit.

Creo que ya escribí demasiadas palabras para concluir lo que todos hemos concluido desde el momento en que se anunció este juego: no hay forma en que Detroit vaya a Seattle en enero y salga con un triunfo. No en su estado actual al menos. Seahawks por 9.

Dolphins en Pittsburgh: El pasado 16 de octubre, los Steelers visitaron Miami pensando que iban de vacaciones y regresaron a casa con la moral destruida, un quarterback lesionado y sin saber que apenas sería el comienzo de una pesadilla que se extendería durante cuatro semanas más.

Para Miami, ese triunfo tuvo un efecto completamente opuesto. Para Adam Gase, fue un auténtico salvavidas en una campaña que inició 1-4 y que a raíz de ese partido se enfilaron a ganar nueve de los siguientes 10 partidos para ingresar a playoffs por apenas la primera ocasión desde que Chad Pennington estaba en los controles.

Desafortunadamente para Miami, ninguno de los dos es el mismo equipo al que enfrentaron en octubre pasado. Los Steelers transformaron por completo a esa defensiva que concedió 30 puntos a los Dolphins en una unidad que promedió apenas 17.2 puntos en contra durante su racha de siete victorias con la que terminaron la campaña.

En tanto, Miami tendrá que salir al campo con Matt Moore en los controles ante la lesión en la rodilla izquierda de Ryan Tannehill, quien en aquel encuentro contra Pittsburgh pasó para 252 yardas y fue un eficiente complemento a las 204 yardas por tierra de Jay Ajayi.

Pittsburgh contará con dos jugadores que se ausentaron en el duelo de la semana seis en el linebacker Bud Dupree, factor fundamental en el nuevo rostro de la defensiva, y el tight end Lardarius Green, quien podría ser de ayuda para evitar que se repita el 3 de 11 en terceros downs de aquella ocasión.

La última vez que se encontraron en playoffs Miami derrotó a Pittsburgh en un duelo entre Dan Marino y Mark Malone, así que un enfrentamiento entre Ben Roethlisberger y Matt Moore debería tener el mismo efecto en favor de los Acereros. Steelers por 7.

Giants en Green Bay: Voy a tomar prestada una página del libro de garantías estúpidas de Rex Ryan y me voy a atrever a decir que el ganador de este juego va a ser el representante de la Conferencia Nacional en el Super Bowl.

Así de fácil.

El partido es todo lo que queremos ver, tiene todos los ingredientes para hacer un banquete. Una gran ofensiva, una gran defensiva, dos quarterback campeones. Pierda quien pierda, ganamos todos.

Sin embargo es momento de desmitificar a Aaron Rodgers como un gran quarterback de playoffs, en donde apenas presume marca de 7-6, cuatro de esas victorias en una carrera mágica hacia el Super Bowl y todas fuera de Lambeau Field. Es más, es momento de desmitificarlo como un gran quarterback de postemporada en casa, con tan solo marca de 2-2 en la tundra de Wisconsin.

Esos son exactamente los mismos triunfos que tiene Eli Manning en Lambeau Field en playoffs. Y sí, Eli es un GRAN quarterback en postemporada, solo tiene tres derrotas en 11 apariciones y ha ganado ocho de sus últimos nueve juegos de playoffs, entre ellos un par de visitas a Green Bay.

La aspiración de Green Bay es que Eli se olvide por 60 minutos que está jugando en enero y se convierta en la misma máquina de turnovers a la que nos tiene acostumbrados. Que le dé a la ofensiva de los Packers campos cortos para trabajar y que su incapacidad para mover el balón mantenga mucho tiempo en el terreno a la potente y oportuna defensa de los Giants.

Aunque claro, también podía ocurrir lo contrario, que la defensa de Nueva York genere un par de intercambios, que Eli administre el juego, no cometa errores y mantenga a Rodgers congelándose el trasero en la banca.

Cualquiera de los dos escenarios es posible y eso lo convierte en el juego más atractivo de la semana. Es injusto incluso hacer un pronóstico, pero no me pagan por ponerme a llorar en un rincón. Eli es el de los playoffs y Rodgers también. Giants por tres.

La semana pasada: 10-6

En la temporada: 143-90-2

… y dos horas después y los Reyes no llegaron.